No llevaba el pobre Keko más de un día en nuestra casa cuando Señorpadre tuvo la idea del siglo:
-Llevémoslo al patio de Cuñado y lavémoslo.
Ya os dije que yo no me atrevía porque no sé si está vacunado e igual le da el moquillo o algo, pero cuando Señorpadre se pone cabezón, se le da la razón y punto. Así que metimos al Keko en el maletero y nos lo llevamos al patio. Antes de lavarle, decidimos darle un paseo por un parque cercano para que hiciera sus cositas y se relajara.
Y entonces, Señorpadre tuvo la segunda idea del siglo.
-Suéltalo.
-¿Lo cualo? Vamos a ver, no hace ni un día que lo tenemos, ni siquiera responde a su nombre, ¿y ya quieres que le paseemos sin correa?
-No le pasará nada, por esta zona casi no pasan coches.
Soltamos al perrito. Al principio caminaba a nuestro lado, luego se dio cuenta de que iba suelto y comenzó a alejarse.
La verdad es que a pesar de eso no iba mal. Un "Chist", y se paraba a esperarnos.
Pero entonces...
Una mopa con patas salida de quién sabe dónde (seguramente de alguna casa cercana que lo había soltado para que hiciera sus cosas y luego volviera solo a casa), se dirigió trotando alegremente hacia el Keko con intenciones juguetonas.
El Keko se quedó como una estatua, con la pata delantera derecha levantada, las orejas en posición de guardia y todos los músculos tensos.
El otro perrito comenzó a dar vueltas a su alrededor, ladrando, moviendo la cola y dando saltitos. La reacción del Keko fue esconderse en un matorral, de donde tuve que sacarle tirándole del collar.
Una vez dejado atrás el nido de pulgas, el Keko encontró una sombra, se acostó y se negó a moverse de allí hasta que le puse la correa y le dije a Señorpadre que iba a volver a soltar al perro en una zona abierta Rita la Cantaora.
Así que nos dirigimos al patio.
Y Señorpadre no puso agua calentita ni nada parecido para lavar al perro, no... tiró de manguera. El animalito se debatió como si fuéramos a hacerle alguna maldad, y no dejó de moverse mientras le frotábamos con el Champú Canino Desenredante Especial de Nana, hasta que, en palabras de Señorpadre, "se le viera el blanco".
Al menos, utilizamos champú canino y no Ariel, aunque el Keko no se quedó muy contento. En cuanto le soltamos, se metió entre los restos de la parra y comenzó a revolcarse entre los hierbajos. Salió lleno de espigas, menos mal que se las pude quitar con la toalla.
Eso sí, las manchas amarillentas que tenía en el pelaje se le fueron todas.
¡Traidora! Ya te diré yo lo que puedes hacer con el champú. |
Es un poco perezoso. Se pasa la mayor parte del tiempo tumbado en su mantita, y cuando le llamo, no viene hasta que se ha desperezado completamente, para gran cachondeo de Señorpadre, que le llama "deportista" por lo bien que se le da hacer estiramientos.
Estoy meditando. |
Todas las mañanas cuando me levanto, me saluda con bastante entusiasmo, aunque aún no le he visto mover el rabo en serio. Eso sí, la mirada suplicante esperando a que caiga algo de la mesa o que le saquen a pasear se le está dando muy bien. Si no hubiera dado con una ex-dueña de bretones igual le funcionaría y todo.
Eso que te estás comiendo huele mejor que mi pienso. |
¿Salimos? |
¡Qué guapo es! *____* Una entrada muy chula con sus progresos; a ver si mañana en el veterinario te dan buenas, y pronto coge toda la confianza del mundo y es muy feliz :)
ResponderEliminarOjalá pierda el miedo pronto, aunque mi perrita Lola es una miedosa de cuidado desde el primer día (el más mínimo ruido hace que corra a esconderse en cualquier esquina o debajo de una mesa, es automática). El primer baño de Keko me ha recordado a cuando nos dieron a Lola, que era una bolita muy, muy sucia xD Tras el primer baño fue casi como tener una perrita nueva (¡una rata mojada! xD).
Hay que tener valor para soltar al perro cuando se le pasea, y personalmente nunca me he atrevido. No por los perros en sí, aunque no todos los hemos tenido me generaban confianza total xD, tengo miedo por los coches (que parecen siempre acechando) o que oiga algún ruido que le asuste, o incluso que se tope con otros perros o gatos (que nunca se sabe cómo van a reaccionar). De hecho hace unas semanas que Lola se salió a la calle desde casa a perseguir un gato, algo inaudito en ella en todos los sentidos. Se metía bajo los coches y no hacía ni caso mientras la llamábamos... me llevé un susto enorme ^^'''.
Y eso, que tu Keko es adorable :) Tiene unos ojitos preciosos, seguro que os hacéis muy felices mutuamente :D
Pasear a los perros sueltos es peligroso y además lo prohíben las ordenanzas municipales, pero Señorpadre es un cabezota, y no me educaron para llevar la contraria a las personas mayores...
EliminarCada día más bonito, con respeto a SeñorPadre, pero tuvieron suerte que Keko no tomara las de Villadiego y los hiciera correr más que Forrest Gump tras el.
ResponderEliminarUn besito virtual (sin gérmenes) a Keko y que les vaya bien con el vet.
Tuvimos suerte de que la mopa con patas no fuera una perrita...
Eliminar¡Pobre Keko! Si a los perros el agua fría les hace la misma gracia que a un humano.
ResponderEliminarBueno, a los perros les encanta nadar, lo que no les gusta es que les bañen. XDD
EliminarBrrrr... de sólo pensar en el agua fría a manguerazos me da escalofríos también, jaja... ¡Pobrecito Keko! Esa reacción de irse directamente a revolcar en un montón de hierba o similar ni bien queda libre luego del baño, ya la he visto en otros perros... me acuerdo haber tenido que volver a bañar alguno, luego de eso...
ResponderEliminarEs realmente muy bonito, este pequeño... esa miradita que tiene es muy tierna...
El procedimiento habitual tras el baño es: sacudirse, echar a correr en círculos para secarse del todo y luego revolcarse en lo que puedan para quitarse el olor a limpio. Keko se saltó la segunda fase y se metió en los matorrales empapado. Menos mal que es verano, porque si hubiera tenido que enchufarle el secador...
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