La estación de RENFE de mi ciudad nunca entrará en un catálogo de las Siete Maravillas del Mundo. Es una típica estación de paso hacia (o desde) la estación "importante", la de Castellón, también conocida como "cataratas del Niágara" en cuanto caen cuatro gotas (pero esa es otra historia y ya la contaremos en otra ocasión).
La estación de RENFE de mi ciudad tiene paso a nivel para peatones. Recién hecho desde el año pasado. Aunque eso no es bastante para los linces de ADIF. Hace falta un paso más seguro para los peatones. Y como nuestra ciudad está construida sobre "dures pedres", como dice nuestro himno, y un paso subterráneo como el que se suele hacer en todas las estaciones, al parecer saldría más caro que la edición en tapa dura de "Danza de dragones", han tenido que construirlo por encima. Por encima de la catenaria.
Una mañana, cuando regresé a la estación tras varios días de ausencia me encontré con esto:
No puede ser lo que estoy pensando, pensé. Debe ser... que sé yo.... un acueducto. Un homenaje a nuestra herencia romana, ya sabéis...
Pues resulta que más bien es un homenaje a nuestra herencia griega. Concretamente, a Esparta. Que les den a los débiles. Si no son capaces de subir estas escaleras, que les atropelle un tren.
Me temo que si no tienen la previsión de poner ascensores o algo, más de un ancianito se les va a quedar en esas escaleras. Al menos yo, ya me imagino llevando a hombros a Señorpadre, con el inconveniente de que él pesa mucho más que Frodo...
Y no puedo evitar preguntarme para qué todo este gasto, si todos los rumores apuntan a que el Gobierno quiere cambiar la estación de sitio para convertirla en una especie de estación satélite para el AVE, si alguna vez llega por aquí. Francamente, a mi me molestaría mucho que me la cambiaran, porque ahora la tengo al lado de casa, y donde se la quieren llevar no se puede ir a pie, a no ser que aprovechen para hacer un buen camino y seas un consumado deportista de esos que trotan en chándal todas las santas mañanas...
En serio, lectores, ¿quién quiere historias de misterios paranormales teniendo a nuestro gobierno?
Pero después de dos entradas tristonas me apetece un poco de cachondeo friki. Así que aquí van unas pequeñas muestras:
Los fans de Sansa Stark andan revolucionados por una foto bastante sospechosa que se ha publicado recientemente. No me negaréis que la mirada de Jorgito no es un poco aviesa:
¿Qué resulta de mezclar "El Señor de los Anillos" con los apuntes de química? ¡Pues esto! Si os gusta, aquí están los enlaces a toda la serie.
Y ya, remato con un vídeo que expresa la desesperación de mucha gente. Aunque no me gusta que incurra en la Ley de Robert Jordan con tanta ligereza...
Y otra imagen que expresa un sentimiento muy extendido respecto a cierto personaje de la saga:
Podéis ver más ilustraciones de Noe aquí. Cuidado, algunas son spoiler.
La gente que viene de fuera a la costa Este de España suele venir con la ceja levantada en un ademán pelín despectivo. ¿"Eso" es un mar? ¡Tendríais que ver el Atlántico!
Porque
los forasteros, excepto los ancianitos que nunca han podido salir de su
pueblo y lo ven por primera vez, consideran que el Mediterráneo es algo
así como una piscina, un charquito, un mar de tercera categoría. He
oído a gente que lo llama "caldo".
Esta semana, en esta piscina, charquito, caldo, etc, se han ahogado ya cuatro personas. Solo en la provincia de Castellón.
Porque como al parecer es un mar de tercera categoría, no hace falta respetar las señales.
Esto ondeaba ayer por la tarde en la playa más cercana a mi casa:
Creo que no hace falta ser un lince para
saber lo que significa, ¿verdad? Es un código internacional.
Rojo=peligro. Da igual que seas un chicarrón del Norte, da igual que
hayas vivido aquí toda la vida y creas que conoces el mar como la palma
de tu mano, da igual que seas el mismísimo Michael Phelps. Con bandera
roja NO SE NADA. NO. NEIN. NIET. NON. Ni mojarse los piececitos. Ni
aunque sea en el Mediterráneo.
Porque
el Mare Nostrum, señores, puede parecer muy calmadito. Pero la
procesión va por dentro. En forma de corrientes submarinas, por ejemplo.
Y de bichos (aún recuerdo en mis pesadillas el día que me picó un "pez
araña").
Así que un poco de cerebro, gente. Que sí, que a veces los socorristas (presuntamente, que el caso aún no se ha aclarado) no actúan como deberían. Pero las señales están para hacerles caso. Sobre todo si te juegas la vida.
Pero claro, este es el país donde un ciudadano puede mandar este mensaje a un periódico y quedarse tan ancho (las negritas son mías):
CAZAR AL CONDUCTOR
Una vez más, los efectivos de la Guardia
Civil han intentado cazar a los conductores que sobrepasan la velocidad
permitida en la autovía que une Castellón con Benicàssim. Uno de los dos
tramos que está prohibido ir a más de 80 Km/h (nadie sabe por qué
cuando en el otro tramo, exactamente igual, se circula a 100 Km/h) el
coche camuflado con radar de la Guardia Civil de Tráfico se esconde
entre la espesura de verde con flores plantadas en el tramo de
separación de la mediana de la autovía. Si vas a más de lo permitido te
hace la foto y en la rotonda te para el control visible. De vergüenza.
Creo que es para recaudar.
O sea, que sobrepasas la velocidad permitida y te quejas de que te apliquen la ley. Tú sí que sabes, chaval.
Y ahora, para terminar con buen sabor de boca, voy a hacer el reto de Miss Dulce. Me ha costado un poco encontrar la frase, pero hagámosle un homenaje al mejor Sir Pterry, el creador de Ankh-Morpork...
Os
pongo en situación. Es casi al final de "¡Guardias, Guardias!" El malo
ha sido derrotado, el orden ha sido restablecido, y Vimes y Tywin Vetinari tienen la típica conversación de final de capítulo de procedimental:
Verás, lo único que hacen bien las
personas buenas es librarse de las malas. Eso lo hacéis de maravilla,
desde luego. Pero lo malo es que es lo único que hacéis de maravilla. El
primer día suenan las campanas porque ha caído el tirano, y al
siguiente todo el mundo empieza a quejarse porque, desde que se fue el
tirano, no funciona el servicio de recogida de basuras.
¿Se puede entender mejor la naturaleza
humana? ¿Qué es más importante, la libertad o el servicio de recogida de
basuras? ¿De verdad creemos que solo porque "ha caído el tirano" todos
nuestros problemas se van a solucionar por arte de magia?
Hale, ahí lo dejo, que me estoy poniendo demasiado profunda.
Allá por mis años más mozos se podía ir al kiosko con un duro (para no iniciados, "un duro"="five pesetas coin") y salir de allí con los bolsillos llenos de golosinas. Si eras una persona paciente y te guardabas el duro para tener dos, en esta época del año podías salir del kiosko con una bolsita de chufas (el ingrediente principal de la horchata) en remojo, que podías masticar toda la tarde, eso sí, procurando no tragarte la pulpa, que provocaba estreñimiento, o eso decían nuestras madres.
Un día, una compañera de clase me pidió que le diera una, y como la niña me caía mal, y el día antes me había quedado sin magnesia para "ahorrar" el duro para las chufas, le dije que no.
Y la muy zorra se chivó a la maestra de que yo estaba comiendo chufas en clase. Claro, que el ruidito del celofán no era discreto precisamente...
Supongo que ahora vosotros os preguntaréis a qué viene confesar intimidades tan vergonzosas. Pues viene a que en los últimos días he estado acordándome mucho de aquella chica.
Desde hace unas semanas, estoy encargada de hacer los índices de los expedientes de Disciplina urbanística, para enviar las cajas al archivo municipal y dejar las estanterías despejadas para nuevos expedientes. Y estoy descubriendo que la mentalidad del español medio no es tan diferente de la de aquella niña de diez años que levantó la mano para decir: "¡Señorita, Condesadedia está comiendo chufas!"
Porque la reacción inmediata del españolito medio cuando su Ayuntamiento le envía una notificación requiriéndole para que legalice esa obra que acaba de hacer en su casa, o que la derribe, es señalar con el dedo a sus vecinos y berrear: "¡¡Ellos también lo han hecho!!"
Veintiún expedientes de disciplina (que yo haya visto de momento) se abrieron hace diez años por ese motivo. Calle y media, casa por casa, denunciadas porque un ciudadano se puso en plan Íñigo Montoya: "¡Tú denunciaste mi barbacoa, prepárate a ser denunciado!". Veintiún oficios impresos, veintiún decretos dictados, otros tantos viajes del aparejador para comprobar la infracción, con el correspondiente gasto de combustible del coche municipal... Veintiuna pérdidas de tiempo que se podría haber empleado de una forma más eficiente. Y mientras tanto, la gente quejándose de que la Administración va lenta.
Las costas les cobraba yo a esos capullos, que canta ópera que denuncian solo por fastidiar a sus vecinos. ¡Y luego se quejarán de que no les inviten a las barbacoas!
Por favor, lectores extranjeros, decidme que no vivo en el país con más mala leche por metro cuadrado de este planeta. Decidme que el que no hayamos tenido un gobierno decente desde que murió Trajano es la causa de que seamos como somos y no la consecuencia. Decidme que todos los humanos somos igual de cabrones en todos los países, porque me entran a veces unas ganas de que venga un diluvio y se nos lleve a todos...
Hala, ya me he desahogado. Hasta que mis ciudadanos vuelvan a cabrearme...
¡El Contestador del Mediterráneo! ¿A que no os lo esperabais? Nuestro gran amigo vuelve a proporcionarnos grandes momentos de épica, emoción y amor. ¡Amor a raudales!
AMOR
Rebeca me tienes completamente enamorado. Ya no sé qué
hacer para que me des una oportunidad. ¿Por qué no te interesa? ¿Qué
tendría que tener para que te fijaras un poco más en mí? Carlos.
Llamadme zorra insensible, si queréis, pero a partir de ahora creo que se puede decir: "Pagafantas nivel Carlos".
Pero no solo ese loco sentimiento preocupa a los habitantes de esta santa provincia. Algunas preocupaciones tienen sentido y todo:
FUENTES
Las fuentes de las poblaciones tienen agua muy mala a
veces. ¿De dónde suele proceder el agua? ¿No se supone que suele ser
buena?
Yo le contesto, señor o señora. El agua de las zonas de montaña de esta santa provincia suele ser deliciosa. Por desgracia, la mayoría de los habitantes estamos en las zonas costeras, donde la sobreexplotación de los pozos ha dado lugar a una calidad del agua de "mala" a "vomitiva" (hablo solo del sabor, sanitariamente quiero creer que tiene todas las garantías).
¿Y quién puede permanecer insensible ante esta tragedia?:
ENFADO
Me habéis defraudado mucho. No creo que nunca más pueda
volver a confiar en vosotras. Marisa y Sandra, cinco años de amistad
para esto. ¿Por qué lo habéis hecho?
Ahora me siento un poco menos zorra insensible. Marisa, Sandra, ¿qué le habéis hecho a esta pobre chica?.
Y naturalmente, no podía fatar una queja sobre el peligro amarillo. Es inútil explicar una y otra vez que lo de la exención de impuestos es mentira, la gente ha preferido creérselo y nunca dejará de creer:
NORMATIVA CHINOS
Llamaba respecto al tema de los chinos en
España. Las leyes incumben a todos. En cambio ellos pueden vender
cigarrillos sueltos cuando está prohibido, pueden vender alimentación
caducada cuando no hay nadie que lo controle, pueden vender artículos
que no cumplen la normativa de la CEE. Pueden abrir festivos, cuando el
mínimo son 150 metros cuadrados para poder abrir esos días, y encima se
rumorea que no pagan impuestos los primeros cinco años.
Disfrutad más de las preocupaciones de mis con ciudadanos. No tienen desperdicio.
Y para terminar, os dejo una curiosidad zoológica. ¡Nada menos que un marsupial! Lástima que no sea un monotrema. Los monotremas molan un huevo.
Pues no me importaría tenerlo en casa.
Proximamente, más capítulos de este apasionante drama...
Después de haberme quedado anonadada y acongojada con las historias de Bernie, estuve unos cuantos días "picoteando" en mi cacharrito en busca de algo que leer. Comencé un par de best-sellers de esos de misterios misteriosos, pero no son lo mío. Al tercer bostezo provocado por "La esmeralda de los Romanoff", dejé el engendro libro aparcado para toda la eternidad. Por mi, como si lo desguazan.
Me leí un relato de Poe, "Conversación con una momia", y llegué a la conclusión de que lo de don Edgardo no era el humor, ni siquiera el humor negro. Barajaba la idea de leerme algo alegre y ligero, como por ejemplo las obras completas de Lovecraft, cuando me encontré con un librito bastante simpático:
Los perros de la Morrigan, de Pat O'Shea.
Es una historia muy sencilla: un niño libera por error a un bicho muy maligno y para volver a encerrarlo tiene que encontrar una piedra manchada con la sangre de la Mórrigan, la antigua diosa de la guerra de Irlanda. Así que el niño y su hermana se meten en el Otro Mundo para buscar el pedrusco, con la ayuda de todos los antiguos héroes y dioses de las leyendas celtas, y teniendo que superar los obstáculos que les pondrá la Morrigan y sus malvadas hermanas (la Triple Diosa, ya sabéis cómo funciona). El libro está escrito con un estilo sencillo pero bonito, para niños pero sin tomarles por tontos. Y es bastante mejor que Harry Potter, por ejemplo. Con la gran ventaja de que es un solo libro, no una serie interminable. Por desgracia, está descatalogado y hay que buscarlo en librerías de viejo, o en ferias del libro antiguo (o en la biblioteca de mi ciudad, la que tiene libros, no la otra).
Saturnalia, de Lindsey Davis. Bueno, es una de Didio Falco. Si te gustan, te gustará esta. En esta ocasión, resulta que una sacerdotisa bárbara con la que un cuñado de Falco tuvo un lío en la cuarta novela de la serie, ha sido capturada para exhibirla en un triunfo. La señora se escapa dejando un cadáver tras ella, así que nuestro héroe tendrá que buscarla, descubrir quién mató al cadáver en cuestión, y al mismo tiempo evitar que la esposa del cuñado pecador pida el divorcio. Y todo esto mientras él y la adorable Helena organizan las fiestas de Navidad Saturnales. Intriga y carcajadas aseguradas.
La importancia de llamarse Ernesto, de Óscar Wilde. Comedia de enredo que me sacó bastantes carcajadas, aunque creo que me reiría más si la viera representada (es lo que tiene el teatro). Un pequeño noble de pueblo se ha inventado un hermano crápula (el "Ernesto" del título) para poder escaparse periódicamente de su casa de campo e irse de juerga a Londres con la excusa de sacar al hermano en cuestión de algún lío. Cuando su mejor amigo se entera del truco, decide hacerse pasar por "Ernesto" para ligarse a la pupila de Jack (que es el verdadero nombre del héroe), y hasta aquí puedo contar.
Crímenes ejemplares, de Max Aub. Microrrelatos de humor negrísimo y absurdo, presentados como declaraciones de asesinos ante la policía o los tribunales. Divertidísimo. Para muestra, uno: "Le maté porque era de Vinaroz".
Sin nombre, de Wilkie Collins. De este señor me gustó "La dama de blanco", pero no pude con "La piedra lunar". "Sin nombre" podría verse como una versión muy bestia de "Sentido y sensibilidad". Resulta que dos jovencitas, hijas de un hacendado, descubren al morir su padre y su madre con pocos días de diferencia que los progenitores en cuestión no estaban casados, y por tanto ellas no tienen derecho a la herencia (cosas de las leyes del siglo XIX). El heredero legal, un hermano de su padre con el que no se hablaba desde hacía muchos años, se niega a darles ni un duro y las echa de su casa. Mientras la hermana mayor se resigna, se coloca de institutriz y lleva una vida tranquila, la pequeña idea un complicado plan de venganza para recuperar su dinero. Curioso que el narrador se pasa toda la novela diciendo: "Sed buenas, niñas, no seáis como Magdalen", pero es la historia de ésta la que nos cuenta y no la de la hermana "buena". Collins es un genio manejando la intriga, y casi no se le nota el "deus ex machina" que nos cuela al final.
Anaconda, de Horacio Quiroga. Creía que ya había leído este cuento, pero resulta que el que yo leí es una especie de secuela de este. Trata de los problemas de unos científicos que intentan estudiar a las serpientes de la selva. Y no digo más que es cortito y hay que leerlo.
El hombre menguante, de Richard Matheson. No me gustó tanto como otros de Matheson, pero es un buen libro de ciencia-ficción. Lo mejor es cómo trata los problemas que le trae al protagonista su condición de "menguante" en su vida cotidiana y su relación con otras personas. Ahora a ver si me puedo conseguir la película, que hay ciertos aspectos que me inspira curiosidad ver cómo lo adaptaron.
Choque de reyes, de esecabrónconpintas... No es tan sorprendente como "Juego de tronos", ni tan emocionante como "Tormenta de espadas", pero no es un mal libro, y comparado con "Festín" y "Danza" gana mucho. Me sirvió para comprobar que la adaptación a la tele es más fiel de lo que muchos despistados piensan.
El buque fantasma, de Frederick Marryat. Un inocente chico holandés descubre a la muerte de su madre que su padre es el Holandés Errante. No, Van Gaal no, éste Holandés Errante. El chico jura desencantar a su padre, y se embarca para buscarle. La acción y las desgracias del pobre marinero se suceden sin parar (los pelos de punta cada vez que aparece EL buque, en serio). El libro ganaría mucho sin esa retórica tan decimonónica y esos diálogos tan teatrales que se gasta el autor. Como curiosidad, un fragmento de esta novela ("Una historia de las montañas Hartz") es un habitual de las antologías de relatos de terror.
Naturalmente, también he leído bastante en papel. Al final he decidido que los libros de Malaz no son para mí, en fin, no todo le puede gustar a todo el mundo. He leído mi ración de Mundodiscos y combino "El sueño de los dioses", de Javier Negrete (nota mental: escribir sobre Tramórea cuando los termine) con "Dança". Por cierto, cómo gana este libro bien traducido...
Targaryen se alegra de haber encontrado por fin a sus pollos.
A Dryadeh no le gusta que se inventen cosas. Por cierto, yo no estoy nada conforme con el Jon/Dany, más que nada porque me parece demasiado precipitado que dos personajes que se pasan cinco o seis libros separados se conozcan en el séptimo y se enamoren instantáneamente. Yo siempre me he imaginado su encuentro algo así como esto:
-Lord Comandante, aquí tenéis una medalla al valor por haber defendido el Muro y salvado Poniente de esos bichos tan feos.
-Gracias, Majestad. Si no os importa, querría pediros algo.
-¡Oh, por favor, cómo va a importarme! ¡Cualquier cosa para nuestros héroes de la Guardia!
-Pues resulta que Edd se queja de que se aburre mucho por las noches, así que he pensado que un juego de dardos para que se entretuvieran no estaría mal. Y necesitamos un endocrino para Sam, y vuestros dragones se comieron nuestras cabras, y a mi no me importa tanto, pero Grenn las amaba, y...
Bueno, todo tiene su fin y la segunda temporada de "Juego de Tronos" no iba a ser menos. No ha sido perfecta, desde luego, pero es que solo Paul Newman, la séptima sinfonía de Beethoven y la leche merengada de "La Valenciana" son perfectos.
Para empezar, he echado de menos lo mismo que la primera temporada: los huargos. De acuerdo, esta temporada no han sido huskys como el año pasado, pero no creo que la gente que no ha leído los libros llegue a entender nunca la mística de la relación entre esos bichos y sus dueños.
Ha habido veces que me he preguntado si la gente no se marearía con el empeño de los guionistas en sacar todas las tramas en todos los capítulos. Más de un espectador ha encontrado que la serie era confusa y como contada a empujones. Tiemblo al pensar en lo que les espera el año que viene. Espero que Weiss y Benioff se hayan dado cuenta del problema y vean qué pueden hacer para solucionarlo.
La historia de Robb y la Enfermera sin Fronteras ha sido tópica y pastelosa hasta rozar el coma diabético, podrían haber prescindido de Daenerys en muchos de los capítulos en los que solo la han sacado para recordarnos que existía, su trama en Qarth de Poblet podría haber tenido un poco más de sentido, y el final en Invernalia podría haber sido un poco menos confuso. Pero ¡los dragones son monísimos! En esta imagen, la expresión de su cara me ha recordado a la que ponían mis bretonas cuando querían que compartiera mi merienda con ellas:
¡Que no! ¡Que el bocata de Nocilla es mío!
En resumen, me ha parecido una gran temporada, y para mi está a la altura de la primera. Desengañaos, nada puede estar a la altura de un libro. En un libro se puede volver atrás y releer, ir al índice de personajes del final para ver de dónde ha salido ese tal Mengano Frey, y sobre todo, el autor puede pasarse veinte páginas contando el triste pasado y las motivaciones del personaje, con pensamientos en cursiva incluidos. Eso no lo puede tener una serie a no ser que te pases todo el capítulo con voces en off y diálogos explicativos, y ya se ha quejado bastante gente de que en esta serie "no pasa nada".
Mientras termino mi reseña del último capítulo de Juego de Tronos, os dejo con unos minutos musicales. Se canta con la música del tema principal de "David el Gnomo":
Soy un Otro, y en el Norte no soy feliz
Hacia el Sur yo quiero ir, Poniente invadir.
Soy un Otro y solamente con mirar
Tu blandengue corazón yo puedo parar.
Soy siete veces más fuerte que tú
Muy feroz y siempre estoy de mal humor.
Soy un Otro, soy el más frío del lugar
Y mis manitas al cuello te voy a echar.
Soy un Otro, y no soy nada bonachón
Y si no quieres morir, pon mucha atención:
Me alimento de niñitos que algunos me sacrifican
Con mis ojitos azules, voy corriendo de aquí para allá
Si te tropiezas conmigo al otro lado del Muro,
Cometeré contigo una barbaridad.
Soy siete veces más fuerte que tú, muy feroz
Y siempre estoy de mal humor.
Soy un Otro, y en el Norte no soy feliz
Hacia el sur yo quiero ir, Poniente invadir.
Soy un Otro, soy el más frío del lugar
Y mis manitas al cuello te voy a echar.
Por esos caminos, bajo las estrellas,
Me encuentro secretos que nunca diré
Intento buscar una grieta en el Muro
¡Y sé que algún día os invadiré!
Soy siete veces más fuerte que tú, muy feroz
Y siempre estoy de mal humor.
Para empezar, voy a darle un tirón de orejas bien grande a Vesta Stark (¡Hola, vestnix! :P), que ya lleva tres capítulos sin reseña. Muy mal, niña, muy mal. Te mereces que no hubiera beso, hala. Y por cierto, Sonia, ejemejemejem...
Y ahora, voy con la gente trabajadora que sí que ha hecho reseña esta semana. Aunque sea de capítulos atrasados...
Comenzamos con Un blog de hielo y fuego, que reaparece después de una temporadita de parranda, al parecer (¡mierda, soy la única persona sin vida en la blogosfera!)