jueves, 30 de septiembre de 2010

Frikadas varias.

¿Soy yo, o el tío que sale en el minuto 1:51 de este vídeo:



se parece sospechosamente a Spock?

¿Algún trekkie en la sala que pueda dar una explicación? 

Bueno, y el príncipe tiene una pinta de llamarse "Vasili" que no puede con ella.

En otro orden de cosas:

¡"Habemus" Rickon Stark! ¿A que es mono?



Y también tenemos una Mirri Maz Duur. No tiene el aspecto de esa bruja horrorosa que dibujó Amok, pero supongo que vestida y maquillada dará el tipo. Si puede poner cara de borde en los momentos oportunos, por mí perfecta:




Me están entrando ganas de poner un contador con los días que faltan para el estreno aquí a la derecha. Tendré que investigar cómo se hace.


martes, 28 de septiembre de 2010

¡Ayayayayay! (No, no es flamenco)

Lunes, primer día de Ritmefit. Tenía la bolsa de deporte preparada desde el domingo por la noche. He salido de casa media hora antes, para ir caminando tranquilamente, silbando, balanceando la bolsa y mirando las flores y los pajaritos...

Llego un cuarto de hora antes a la Sala Ritme. Me pongo las mallas, la camiseta y las zapatillas. Espero a que termine la clase que están dando y aparezcan mis posibles compañeras de suplicio. Espero. Y espero. Y al final, ya escamada, en cuanto termina la clase, le pregunto a la monitora si es ahí el Ritme-fit de las narices.

Pues sí, como estáis pensando, es en otro sitio. Meto la ropa a toda prisa en la bolsa de deporte, y en mallas, camiseta y zapatilla me dirijo al pabellón de al lado.

Ya en el vestuario, me doy cuenta de que me he olvidado los zapatos en el otro vestuario.

Llego tarde a la clase. Y bueno... mejor lo explico con imágenes:


 ¿Cómo es posible que no haya acertado ni un maldito paso de "step"? Bueno, supongo que mejoraré con la práctica.

Y de todas las duchas que había para elegir, he tenido que ponerme en la que peor mojaba.

¿Y mis zapatos? Ah, bueno, eso... He vuelto al vestuario con las chanclas de ducharme, he entrado a oscuras utilizando mi supersentido de la orientación y la luz de la calle y los he encontrado tanteando. Si esto hubiera sido una película de Dapena3, un guapísimo agente de Homicidios y mi mejor amiga ya estarían investigando el caso. Y luego acabarían liados y él resultaría ser el asesino.

Por cierto, creo que el viernes toca "spinning", ese atroz tormento que inventó Morgoth un día que le dolían las almorranas y le estaban saliendo todas las muelas del juicio al mismo tiempo.

Martes: Aigua-Gym...

Pero remontémonos al viernes anterior... cuando mi gorro de baño se rasgó de parte a parte y descubrí una extraña acumulación de "borra" y una incómoda transparencia en el pecho y la espalda de mi bañador. Ambas tenían la mosqueante forma de una plancha. Lo cual es muy misterioso porque a mí no se me ocurriría ni loca planchar un bañador, y Señorpadre nunca tocaría una plancha, no sea que le dé rampa o algo...

Por suerte, hay una tienda de deportes cerca de casa, así que me pillé un gorro nuevo superfácil de poner y un bañador de oferta (ventajas del final de temporada).

Y allí estaba yo, el martes a las 17:30, quejándome aún de las "abujetas" del día anterior, con mi flamante bañador y mi no menos flamante gorro.

Resulta que  la hora de Aigua-gym coincide con la de los cursillos de natación para los niños. Bien, señores organizadores, muy bien... Gritos, salpicaduras, masificación de "aiguagymeras" en dos calles chocando unas con otras, dos horas de espera para ducharse después mientras las solícitas mamás le lavan el pelo a la niña, se lo enjuagan, se lo vuelven a lavar, le ponen suavizante y la peinan (al próximo que se me queje de que ha bajado la natalidad le enviaré a darse un garbeo por esa piscina, a ver si después sigue creyendo que faltan niños) y la terrible humillación de ver que esos mocosos que no levantan dos palmos del suelo nadan mejor que yo.

¿Que cómo lo he hecho? Bueno, una imagen vale más que mil palabras:


Aunque creo que ella no habría absorbido media piscina por la nariz ni se hubiera comido las borlitas esas que separan una calle de otra, y seguro que estos bichos son capaces de ponerse a nadar por la derecha y no acabar pegándosela contra la pared de la izquierda. Y seguro que no habría estado a punto de perder el gorro de baño dos veces. La monitora ha acabado preguntándome si me encontraba bien...


Debería haber cogido natación para adultos.


Luego, visita a Malvadadietista. ¡Buenas noticias! He perdido trescientos gramos, centímetro y medio de cintura, tres centímetros de barriga y tres más de contorno de piernas. Si sigo así, en Navidad tendré solo sobrepeso moderado.


Por cierto, ¿el ibuprofeno alivia el dolor de las agujetas?

Actualización: ¡Otra buena noticia! Un nuevo vídeo sobre la producción de "Juego de tronos". No destripa nada del argumento, creo. Podéis mirarlo aquí

lunes, 27 de septiembre de 2010

Contra la depresión del lunes...

¡Música para levantar el ánimo!



Según el libreto que acompañaba el CD de "Clásicos Populares", algunos críticos de su época despreciaban a Mendelssohn por ser un pijo que componía por afición en lugar del típico genio incomprendido muerto de hambre. Allá ellos.

Y por cierto, los críticos tampoco se lucieron mucho despreciando esto:

 

Si aún tenéis algo de "depre", hacéoslo mirar.

Mañana por la tarde, tendréis el estremecedor testimonio de mi primer día de Ritme-fit y de mi primer día de Aigua-Gym. Preparad vuestros pañuelos.

domingo, 26 de septiembre de 2010

No tengo palabras, en serio...

Mirad lo que hay en la Ciudad del Transporte de Castellón. La curiosidad me corroe: ¿hay algún otro en alguna otra ciudad? ¿Será una cadena de centros comerciales tan conocida como esa en la que  todos estamos pensando?..



La imagen se ve algo deformada porque la tomé desde un autobús en movimiento.

Y luego, me encontré con la campaña de bienvenida de los comerciantes del centro de Castellón a los ciudadanos que regresan de vacaciones:


Mis poderes para-anormales me indican que vamos a tener pulpo Paul hasta en la maldita sopa.

Y hablando de cosas para-anormales... Sí, ya sé que este libro lleva tiempo a la venta, yo ya sabía que existía, pero no lo había visto aún con mis propios ojitos que se han de comer los gusanos:




¿Es que ya no hay respeto por nada? No, no me contestéis, ya sé la respuesta, snif.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Cómo nace un cuento (o algo así)

Hace mucho, mucho tiempo, cuando yo era una tierna mozuela que acababa de entrar en la Facultad de Derecho (aunque entonces aún no se llamaba así) me "ajunté" con una peculiar pandilla de amigas.

Componíase la pandilla de: tres gafapastas, una pija que se había metido a estudiar ingeniería con la esperanza de casarse con algún compañero de clase y no tener que trabajar en su vida (sí, amiguitos, existe gente así), una chica relativamente normal que ejercía de su sombra, otra chica que de mayor quería ser como la pija pero se quedaba en "guanabi" y que por algún motivo que nunca lograré entender tenía aterrorizada a la jefa de las gafapastas, en adelante "El Monstruo Peludo" (¡No le contéis a X que hemos estado en tal sitio que se chivará! Os recuerdo que estoy hablándoos de chicas de veintitantos, no de preadolescentes), y por último, una estudiante de medicina maníaco depresiva con la madurez de Sansa Stark a los dos años (iba a poner un enlace a la Enciclopedia de Asshai pero hay demasiados spoilers. Buscad por vuestra cuenta quién es Sansa si no os importan). Ah, bueno, y también había una friki con solo medio cuerpo fuera del frikiarmario (adivinad quién) y una chica a la que le encantaría este blog y que flipaba en colores con el resto de la peña.

Por circunstancias de la vida, por no decir hombres, más concretamente hombres calvos y con gafas propietarios de  pequeños comercios, comenzaron a aparecer fricciones en la pandilla, que ya desde el principio no era muy feliz que digamos. La semifriki y su amiga "fashion" (te lo digo con cariño, AC, que conste) cometieron una maldad relacionada con la futuradoctora Sansa y un grupo de "himbestigadores" para-anormales, y luego cometieron la tontería de contársela al Monstruo Peludo, la cual se la guardó en la recámara para utilizarla dos días antes de Nochevieja dejando a nuestras heroínas compuestas y sin plan para esa noche. Luego descubrimos el verdadero motivo: en una jugada digna de la Caza-ingenieros, el Monstruo Peludo estaba saliendo con un maromo con el que la friki hacía el tonto (que no es lo mismo que "tontear"), pero que si hubiera preguntado habría descubierto que le importaba poco menos que un rábano (aproximadamente lo mismo que yo a él, creo).

Hay personas que en tales circunstancias se habrían tomado sangrienta venganza, por ejemplo contratando a un matón para que le rompiera los morros a la interfecta, clavando agujas de hacer media en una muñeca vudú, o acudiendo al Diario de Patricia.

Yo escribí un cuento. No es políticamente correcto como el del patito. Quedáis avisados antes de que os ofendáis. ¿Preparados? Aquí está:

FOCANIEVES Y LOS SIETE GIGANTES

            Érase una vez en un país muy lejano una bellísima reina que tenía una hijastra muy fea llamada Focanieves. Como la reina sabía que si Focanieves llegaba a reinar arruinaría el país, contrató a un asesino, y le ordenó que la matara, pero advirtiéndole que si la miraba a la cara las consecuencias podían ser terribles.
            El asesino se llevó a Focanieves a un bosque donde pla­neaba abandonar el cadáver, pero cometió el error de mirarla y se desmayó del susto. Focanieves huyó, se internó en el bosque y llegó a una cabaña donde vivían siete gigantes mineros.
            Al volver de la mina, los gigantes la descubrieron dur­miendo. Al ver lo fea que era, se solidarizaron con ella y le permitieron quedarse.
            Focanieves limpiaba la casa, preparaba zumos y discutía de derecho laboral y metafísica kantiana con los gigantes. Ella era muy feliz, pero ellos no: tenían hambre, querían comer sólido y estaban hartos de mítines.
            Mientras tanto, el asesino había confesado a la madrastra de Focanieves que ésta aún vivía, y la madrastra decidió acudir a un reality-show para que la encontraran. Esta vez el plan salió bien, y un día que los gigantes se habían encerrado en la mina para pedir un aumento de sueldo y mejoras en las condiciones laborales, se disfrazó de vendedora de cosméticos y fue a visitarla.
            Focanieves, que además de fea era un poco gilipollas, la recibió encantada y le compró una crema anticelulítica que  según el fabricante iba a hacer milagros con sus muslos. Pero al probar la susodicha crema, Focanieves engordó tanto que no cupo en la cabaña, y se murió del disgusto.
            Los gigantes la encontraron así al volver de la mina con el convenio colectivo recién firmado, y pensaron que cavar una fosa tan grande era demasiado trabajo, así que no la enterra­ron: la taparon con un mosquitero.
            Poco después, un príncipe miope pasó por allí, la vio y pensó que era muy guapa. Apartó el mosquitero y la besó. Focanieves abrió los ojos y el príncipe le preguntó si quería casarse con él. Y ella dijo que sí, que casarse era lo único que había querido hacer toda su vida.
            Los siete gigantes se alegraron mucho al ver que Focanie­ves se había ido y por fin dejarían de tomar zumos de piña todas las noches.
            La madrastra siguió siendo reina hasta que una revolución proclamó la república, tuvo que exiliarse y murió a los noven­ta años en un paraíso fiscal del Caribe.
            Focanieves y el príncipe fueron felices hasta que a él le pusieron gafas.

A la amiga "fashion" le gustó mucho. Y la friki remató su venganza enviando el cuento a "La Rosa de los Vientos" para que Juan Antonio Cebrián lo leyera (qué lástima no haber guardado el audio, lo grabé en cinta para que mi amiga lo oyera y lo perdí durante la mudanza, o igual grabé alguna otra cosa encima, no sé).

Un par de años más tarde, la friki conoció "La concha de Gran A'tuin"  (no, no voy a gastar la bromita sobre los argentinos, que esa ya está en el enlace a la derecha). Y, dado que en dicha web había una sección para relatos ambientados en Mundodisco se le ocurrió "arreglar" el cuento y enviarlo allí. Y este fue el resultado:

EPISODIO CERO: EL INICIO DEL COMIENZO DEL PRINCIPIO

            En el castillo de la Reina Sinforosa de Murrage había 144237 escalones y 12667650 losetas de mármol. Blanquita lo sabía porque llevaba veinte años fregando unos y otras. Tam­bién se encargaba de quitar el polvo de los muebles, lavar la ropa, fregar los platos, dar de comer al perro de la Reina, lavar al gato del Mago de la Corte, hacer las camas, limpiar los cristales, abrillantar la plata, pelar las verduras y deplumar las aves para las comidas.
            Pero su destino iba a cambiar. En cuanto terminase de pelar aquel pollo.

            Blanquita no siempre había sido una fregona. Su padre había sido el rey de Murrage. En cumplimiento de su deber, se casó con una prima del entonces Rey de Lancre, y en el tiempo reglamentario, la Reina descubrió que estaba embarazada[1]. Como no tenía nada mejor que hacer, se dedicaba a mirar por la ventana. Un día de nevada, la Reina vio un cuervo picoteando un charco de sangre que había goteado de un ciervo que había matado el Cazador de la Corte para la cena de aquella noche. La Reina suspiró y dijo:
            -Me gustaría tener una niña de piel blanca como la san­gre, labios rojos como el cuervo y pelo negro como la nieve.
            Pues la Reina siempre había tenido algunas dificultades para distinguir unos colores de otros.
            El deseo de la Reina se cumplió, pero ella no vivió para verlo, y el Rey, tras derramar una cuantas lagrimitas, contra­jo nuevo matrimonio, solo para contraer poco después una misteriosa enfermedad que dejó a Blanquita en las garras de la Reina Sinforosa.

            Fijaos en Blanquita mientras pela el pollo. ¡Fijaos bien! ¡Que os fijéis, he dicho! Vale, eso está mejor. Ahí está Blanquita, sentada en un banco a la puerta de las cocina, mientras las plumas vuelan a su alrededor. Los harapos no pueden ocultar su belleza. Ni siquiera un vestido de oro con zapatitos de cristal a juego podrían ocultar su belleza. La triste realidad es que no hay belleza que ocultar. Su piel es del color de la tripa de una rana, su pelo se asemeja a una Nanas usada, y eso cuando tiene un buen día. Sus ojos parecen querer escapar de semejante cara, su nariz le quitaría todos los complejos a Cyrano de Bergerac. Blanquita no lo sabe, pero es como la Tierra: achatada por los Polos. Además, es una chica muy culta. Solo había un libro en todo el castillo, pero ese libro era la Enciclopedia Espesa, y a falta de otra cosa la había leído un montón de veces antes de dormir.

            Una vez, en el Parlamento, el líder de un grupo minorita­rio presentó una moción protestando por el mal trato que recibía Blanquita. Fue ejecutado. Unos años después, una delegación de nobles se presentó en el castillo por el mismo motivo. Nunca se volvió a saber de ellos. Desde entonces, los nobles se dedican a practicar su Droit de Seigneur[2], y en el Parlamento se discute acaloradamente sobre las nuevas leyes de caza, pesca y apicultura, y sobre si sería conveniente o no servir esfumino entre sesiones.

            Bien, como iba diciendo tres disgresiones atrás, el destino de Blanquita estaba a punto de cambiar. Estaba arran­cando un puñado de plumas de cerca del cuello cuando una sombra le tapó la luz. Un momento antes había oído acercarse un caballo, pero no le había dado mayor importancia. Estaba Blanquita a punto de pedirle al intruso que se apartase cuando oyó una melodiosa voz que le decía:
            -Buenos días, hermosa doncella. Disculpad que os moleste, pero creo que me he perdido. ¿Es este el camino del Castillo de Irás y no Volverás?
            Blanquita levantó la mirada. El príncipe era alto (o al menos lo parecía montado a caballo), rubio y de ojos azules. Por desgracia para él, en cada uno de sus lindos ojos azules había siete dioptrías, un millón de espinillas en cada meji­lla, y su nariz recordaba peligrosamente a la de una hucha. Fiel hasta el final a su tópico, vestía de azul, desde el sombrero con plumas de su cabeza hasta las suelas de las botas. El caballo era blanco, y tenía tal cara de resignación que inspiraba más lástima que otra cosa.
            Por si Blanquita no le había oído, el Príncipe (al que llamaremos Azul para salvaguardar su verdadera identidad) repitió la pregunta.
            Blanquita abrió la boca, sorprendida. Era la primera vez que alguien la llamaba "hermosa doncella"[3]. Lo más amable que había oído hasta entonces había sido: "Quítate de enmedio, foca".
            -Al final del bosque a la izquierda -logró contestar cuando se recuperó de la impresión.
            -¡Gracias, oh, hermosa dama! -dijo el príncipe haciendo tal reverencia que casi cayó del caballo.
            Y luego arreó al animalito en dirección contraria.
            Blanquita no estaba en condiciones de sacarle de su error. Sin soltar el pollo, salió corriendo hacia la habita­ción donde la Reina Sinforosa guardaba el espejo mágico, se plantó ante él y dijo, jadeante aún por haber subido setenta y siete escalones a la carrera:
            -Espejito, espejito, ¿quién es la más hermosa del Reino?
            -¡SOCORROOOO! -gritó el espejo antes de romperse en mil pedazos.
            -¿Quién será esa? -Se preguntó Blanquita.

            Cuando el destrozo llegó a sus oídos, la Reina se enfadó mucho. El espejo mágico le había costado mucho dinero, había tenido que importarlo de Ankh-Morpork, y aún no había termina­do de leerse el manual de instrucciones. Ya estaba harta. Llamó al Cazador y le ordenó que se llevase a Blanquita al Bosque y la matara, advir­tiéndole que no la mirase a la cara, pues si cometía semejante error, las consecuencias podían ser terribles.
            El Cazador era un poco chuleta[4], y burlándose de las advertencias de la Reina, miró a la cara a Blanquita. Por primera vez en su vida, se desmayó del susto. Blanquita huyó y se internó en el bosque hasta llegar a un claro donde se quedó llorando y gimiendo como si se hubiera perdido en un Valle de Lágrimas.
            Llegado este punto, el guión exige que los animalitos del Bosque se dediquen a animar a la protagonista con alegres gorjeos, a lo que ella contesta con no menos alegres gorgori­tos y los bichos terminan enseñándole la cabaña de los siete enanitos. Pero en este bosque los animalitos estaban muy escaldados, y ni se les pasó por la cabeza acercarse a la gimoteante princesita. Blanquita tuvo que encontrar el camino de la cabaña de los Siete Enanitos ella sola[5].
            Cuando regresaron de la mina, cantando alegremente su canción preferida[6], los enanitos descubrieron a Blanquita dur­miendo en sus camas. Cuando ella les contó su triste histo­ria, su alma proletaria se conmovió, y solidarizados con la joven, permitieron que se quedase con ellos.
            Blanquita limpiaba la casa, que no tenía más que siete escalones, preparaba zumos para que los enanos cenaran sano, y hablaba con ellos de derecho laboral y metafísica kantiana. Era muy feliz, pero ellos no: tenían ham­bre, querían comer sólido y estaban hartos de míti­nes.
            Pero la felicidad no dura para siempre, ni siquiera en los cuentos.

            El cazador, abrumado por los remordimientos, había confe­sado a la Reina Sinforosa que Blanquita aún vivía, y la pérfi­da reina se compró una bola de cristal para localizarla. Tuvo que empeñar todas sus joyas, pero al menos pudo deshacerse del mago y su gato.
            Un aciago día, los enanos se habían ence­rrado en la mina para pedir una revisión de su convenio colectivo. La malvada madrastra, disfrazada de vendedora de cosméticos, visi­tó la cabaña.
            Blanquita, inocente ella (por no llamarla directamente tonta), la recibió encantada y le compró una crema anticelulí­tica que iba a hacer milagros con sus muslos. Pero al probar la susodicha crema, engordó tanto que no cupo en la cabaña, y se murió del disgusto.
            Los enanos la encontraron así al volver de la mina con el convenio colectivo recién firmado, y pensaron que cavar una fosa tan grande era demasiado trabajo, así que no la enterra­ron: la taparon con un mosquitero.

            Cuando el Príncipe Azul pasó por allí, aún buscan­do el Castillo de Irás y No Volverás, tropezó con el cuerpo de la pobre Blanquita. Al caer encima, reconoció a la hermosa donce­lla del castillo, y sin pensar en su integridad personal, apartó el mosquitero y la besó. Blanquita abrió los ojos y el príncipe le preguntó si quería casarse con él. Y ella dijo que sí, que casarse era lo único que había querido hacer toda su vida.
            Los siete enanos se alegraron mucho al ver que Blanquita se había ido y por fin dejarían de cenar zumo de piña todas las noches.
            La Reina Sinforosa siguió en el trono hasta que una revolución proclamó la república, tuvo que exiliarse y murió a los noven­ta años en un paraíso fiscal de las Islas Marrones.
            Blanquita y el príncipe fueron felices hasta que a él le pusieron gafas, vio el error que había cometido y se alistó en la Legión Extranjera Klachtiana. Se dice que llegó a Gene­ral[7].
            Por su parte, Blanquita, muy deprimida por los aconteci­mientos, regresó a la cabaña en el bosque. Pero en ella solo encontró una nota que decía: "Nos hemos ido con el Bombero Torero. No vendremos a cenar", que habían dejado los enanos cinco años antes por si ella regresaba[8]. La chica estaba más sola que una huna cuando pasó por allí una bruja.
            Blanquita miró a la Bruja. La bruja miró a Blanquita y vio que la chica tenía Posibilidades. Con unos cuantos besos a un sapo, incluso podría tener verrugas.
            -Buenosss díasss, essstoy bussscando una aprendis, ¿te inte­res­sa­ría el puessto?
            -¿Hay que fregar escaleras?
            -No. Sssolo hay que echar maldisionesss, ayudar en losss partosss y resetar medisinasss naturalesss a la gente. Y acudir a los aquelarresss todosss los sssábados por la noche
            -Entonces sí que me interesa.
            -Puesss levántate y sssígueme. ¿Cómo te llamasss, niña?
            Por un momento, Blanquita se lo pensó. Su nombre le parecía algo ridículo para una bruja. Por otra parte, siempre había querido llamarse...
            -Alice.
            -Aliss. Bonito nombre. También nesesitarásss un apodo, pero essso ya llegará con el tiempo.
            La recién renombrada Aliss se internó en el bosque tras la bruja. La niebla las envolvió como una manta.
            -Creo que una de las dos debería decir algo.
            -¿Essste esss el prinsipio de una hermosssa amissstad?
            -No, yo estaba pensando más bien en: "Que Ío el Ciego les pille confesados"
            -Bonita frassse -se rió la bruja. Los animalitos del bosque corrieron a esconderse.
            Había una indicación en el sendero que la bruja y su nueva aprendiz estaban siguiendo.
            Decía: "A la Casita de Chocolate".

            Con el tiempo, Aliss se ganó un apodo (sobre todo gracias a sus dientes y sus uñas) y aprendió a envenenar manzanas, convertir a los príncipes en ranas y cisnes (estos eran sus hechizos preferidos), y a lanzar maldiciones. Y hasta su desdichado final, gratinada en su propio horno, nunca olvidó incluir un romance en sus hechizos.

            Bueno, ¿de qué os quejáis? Podría haber terminado peor.



    [1]- Su expresión exacta fue: "Querido, ¿recuerdas aquella semillita que plantaste? Pues de ella ha salido un hermoso repollo donde la cigüeña nos dejará un paquetito de París".
    [2]- Los que saben qué es eso.
    [3]- Solo la mitad de la expresión era cierta, y Blanquita lo lamentaba profundamente.
    [4]- De jabalí, concretamente.
    [5]- No fue nada difícil, el bosque estaba lleno de seña­les de tráfico que decían entre otras cosas: "Al Castillo de Irás y no Volverás", "A la Cabaña de los Siete Enanitos", "A la cabaña de los Tres Cerditos", "Al Templo Maldito" y "A Castellón" (aunque ningún viajero fue nunca capaz de encontrar ninguno de estos dos lugares).
    [6]- "Oro, oro, oro, oro..."
    [7]- También se cuentan historias menos agradables, rela­cionadas con un nochemante robado, un sargento demasiado aficionado a los látigos y un entierro ejeño.
    [8]- Los enanos mentían cual verracos. En realidad habían emigrado a Ankh-Morpork, donde abrieron una tienda de regalos para hombres.

Bueno, hay formas peores de inspirarse, ¿no?... 

lunes, 20 de septiembre de 2010

¡Hurra por el Maestro!

¿Alguien puede dudar después de leer esto que el Hombre del Sombrero sea el Gran Om?

Pues el que dude, que sepa que los kevins del mundo le buscaremos (con la ayuda de la Señora Cake si es necesario),  esparciremos sus ordinales a los cuatro vientos y clavaremos sus lipasas en una estaca. Y eso para empezar.

De paso, nunca en mi vida había oído hablar de este señor, pero desde ahora me considero fan suya (cuidado, spoilers leves de "Tormenta de Espadas"): 

domingo, 19 de septiembre de 2010

¡La ópera mola! "Aída"


No, ella no.

Bueno, hace un par de años, en mi espacio de windows (ver dirección a la derecha si alguien quiere buscarlo) se me ocurrió hacer una serie de resúmenes en plan cómico de óperas que me gustan. Con escaso éxito, snif.  Si alguien tiene interés en cotillearlas, aquí tenéis Turandot y Lucia di Lammermoor. En "Turandot" han borrado un par de vídeos por "infracción de los términos de uso" pero si os interesa, seguro que en youtube hay versiones alternativas.

Bien, vamos a ello.


AÍDA (ÓPERA EN CUATRO ACTOS) Música de Guiseppe Verdi y libreto de Antonio Ghislanzoni. Argumento en serio, aquí.

Acto primero

MENSAJERO: ¡Socorro! ¡Los etíopes nos invaden!

SUMO SACERDOTE: ¡Qué cabrones! Vamos a deliberar, a ver a quién ponemos de general para escarmentarles.

RADAMÉS: ¡Yo! ¡Yo!

SUMO SACERDOTE: Ya veremos...

El Sumo Sacerdote y compañía se meten en el templo.

RADAMÉS: Si me nombran general y gano la batalla, Aída se quedará impresionada y podré convencerla para que se case conmigo. Ya tengo mirado un adosado cerca de Tebas...


¡Cielos, ya está aquí esa pesada de la hija del Faraón!

PRINCESA AMNERIS: ¡Radaméees! ¡Yujuuu!

RADAMÉS: Esto... ¡Hola!

AMNERIS: ¡Qué macizo estás hoy! ¿Ya tienes novia? ¿Te gustaría tenerla?

RADAMÉS: Señora, creo que se te ha metido algo en el ojo... Es que no dejas de parpadear.

Entra Aída.

AMNERIS: Cierra la boca antes de que se te meta dentro una mosca. No te gustará mi esclava, ¿verdad?

AÍDA: ¡Si este confiesa terminaré en la panza de un cocodrilo!

RADAMÉS: Nooo, señora, cómo puedes pensar eso...

SUMO SACERDOTE: ¡Ya hemos hecho el sorteo! ¡Radamés, te ha tocado!

RADAMÉS: ¡Hurraaa!

TODOS: ¡Buena suerte!

AÍDA: ¡Mierda! ¡Mi novio secreto va a la guerra contra mi padre! ¡Me siento culpable!


Las sacerdotisas bailan, le dan una espada bendecida a Radamés, y adiós muy buenas.



Acto Segundo

ESCLAVAS DE AMNERIS: ¡Campeoones, campeones, oeoeoeoeeee!

AMNERIS: Venga, no seáis malas, que Aída va a oíros y se mosqueará. ¡Hola, Aída! ¡Qué pena que tu país haya perdido la batalla, pero no se puede ganar siempre. Puedes consolarte pensando que Radamés también ha muerto en la batalla.

AÍDA: ¡Oh, cielos, qué horror!

AMNERIS: ¡Te pillé! ¡Te gusta mi novio, cachoperra! ¡Pues no te lo quedarás! Y ahora nos vamos al desfile, hala.


Desfila un montón de prisioneros de guerra, elefantes, bailarinas y todo lo que permita el presupuesto.

AÍDA: ¡Papi!

AMONASRO: ¡No les digas quién soy!

FARAÓN: ¿Que eres su padre? ¿Qué es esto, "El Imperio contraataca"?

AMONASRO: Solo soy un humilde soldado raso que vio morir a su rey y ahora quiere descansar tomando mojitos a la sombra de una palmera. (Aída, como les digas que soy el rey de Etiopía, te corto la lengua).

FARAÓN: Como hoy he tenido un momento All-bran y me siento generoso, he decidido liberar a todos los prisioneros, y darle en recompensa a Radamés la mano de mi hija, y también el resto.

AMNERIS: ¡Chúpate esa, esclava!

AÍDA Y RADAMÉS: ¡Mierda!

Acto tercero

AÍDA: ¿De qué querrá hablar ese singermornings?


¡Eh, tú no eres Radamés!

AMONASRO: ¡Qué perspicaz eres! Casi tanto como yo, que desde que ese tontaina me ha liberado ya me he sacado de la manga un Plan de Dominación Mundial la mar de molón. Escucha: aprovechando que estás liada con el tal Radamés, le sonsacas por dónde van a pasar las tropas egipcias para invadir Etiopía, lo que queda de nuestro ejército les espera allí, les masacramos a todos menos a él, os casáis y sois felices para siempre mientras yo voy por ahí conquistando países.

AÍDA: A ti se te ha ido la olla.

AMONASRO: Desde luego, cacho traidora...

AÍDA: Escóndete, imbécil, que ahí llega Radamés.

RADAMÉS: ¿Quién estaba aquí?

AÍDA: ¿Aquí? Debes haber tenido un espejismo, como estamos en el desierto y eso...

RADAMÉS: Oye, he tenido una idea. Cuando vayamos a invadir Etiopía voy a hacer unas hazañas tan gordas que el Faraón me va a conceder cualquier deseo, y entonces le pediré que me divorcie de Amneris para casarme contigo.

AÍDA: ¿Y eso lo has pensado tú solito? Yo tengo una idea mejor. ¡Fuguémonos a mi país!

RADAMÉS: ¡Pero nos van a pillar!

AÍDA: No si tú me dices dónde están tus tropas para esquivarlas.

RADAMÉS: Bueno, pues están en camino a las Gargantas del Nápata, y...

AMONASRO: ¡Gracias, pringao!

AMNERIS Y LOS SACERDOTES, QUE PASABAN POR ALLÍ: ¡Pero serás traidor!

RADAMÉS: ¡Huid, insensatos!


Acto Cuarto

AMNERIS: Va a empezar el juicio, ¡qué nervios! Oye, Rady ¿no querrías cambiar de idea? A lo mejor si te casas conmigo el tribunal tiene compasión y eso...

RADAMÉS: Vete al cuerno, foca.

AMNERIS: Nada, que voy a morir virgen...

UJIER: ¡En pie! ¡Procedimiento nº 1212! ¡El pueblo de Egipto contra Radamés! ¡Preside la sesión el Honorable Sumo Sacerdote de Chist-Hera, el Dios con Cabeza de Buitre de los Invitados Inesperados! 

  
AMNERIS: Nada, que me lo han declarado culpable...

Escena segunda

RADAMÉS: ¡Cabrones! Me han enterrado vivo sin ni siquiera una mala revista de crucigramas para entretenerme... ¿Quién anda ahí?

AÍDA: Servidora.

RADAMÉS: ¿Pero tú no te habías ido a tu pueblo?

AÍDA: Tío, que esto es una ópera, se supone que tenemos que morir todos.

RADAMÉS: Si no hay más remedio... 
 

AMNERIS: Oye, Sumo Sacerdote, los de Chist-Hera no tenéis voto de celibato, ¿verdad?..

FIN


Aquí hay un artículo bastante interesante sobre esta ópera, si queréis saber más.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Contador de fiambres

Atención, spoilers. Si no has visto hasta la quinta temporada de "Sobrenatural", sal de aquí inmediatamente (a la derecha encontrarás entradas sobre otros asuntos y muchas páginas interesantes para visitar). Si te dan lo mismo los spoilers, puedes seguir.

¿Continúas ahí? Vale.

Los que sigan esta serie ya lo sabrán, y los que no, pues mira se enteran ahora. La semana que viene vuelven a las pantallas usamericanas los psicópatas más adorables de la tele. Así que, para ir calentando motores, aquí os dejo un vídeo recopilatorio de los muertos de la serie. En realidad, la principal causa de muerte en "Sobrenatural" es  salir en escena en el minuto comprendido entre el "anteriormente" y los créditos, pero tenía que ajustarme a la duración de la música. Disculpad, pues, si me he dejado unos cuantos fiambres colgados...


   

Y de regalito, unos cuantos vídeos:

El vídeo promocional del primer capítulo de la sexta temporada:

 

Y el de toda la sexta temporada.


Por cierto, que la gente que se quejaba de que Dean tenía demasiado protagonismo en las dos últimas, no se quejarán, que Sera Gamble es una Sam-girl confesa y se las va a apañar para sacar a su favorito sin camiseta en todos los capítulos que pueda...

Y los extras del DVD de la quinta:



Solo espero que de verdad esta sea la última y no alarguen la serie hasta que la deje por aburrimiento. Y ya puesta a pedir, quiero un auténtico final feliz: que el Ángel de Tercera Clase le devuelva su cuerpo y su gabardina al pobre Jimmy y le deje volver con su familia, previo borrado de memoria a todos.

PD: Sí, me gusta una serie que trata de  dos macizos que se dedican a matar monstruos, y me niego a considerarla "placer culpable" porque no veo que me tenga que sentir culpable de nada. Ya podéis quitarme el carnet de gafapasta, si queréis.


jueves, 16 de septiembre de 2010

Estoy ligeramente cabreada

En cuanto pagas con algo más grande que cinco euros en un supermercado, te lo pasan por la maquinita a ver si es falso. Pues bien, después de lo que me ha pasado esta tarde, cada vez que me devuelvan una moneda, la voy a mirar bien por todos los lados e incluso la voy a morder. 

¿Que qué me ha pasado esta tarde? Que cuando he ido a coger calderilla de mi monedero para ir a tomar un cafelito con Señorpadre a nuestro bareto preferido (cutre como él solo, pero hacen unos cafés de muerte), le he echado mano a lo que yo creía una moneda de cincuenta céntimos y ha resultado ser esto:


Al natural se ve más dorada, y se parece más a la moneda de cincuenta céntimos. Incluso tiene los bordes rayados.

 
Ya es la tercera vez que me pasa. Hasta la fecha me han colado una moneda peruana en lugar de un euro, y una moneda de veinte céntimos de franco (la antigua moneda de Francia, no el dictador, lo aclaro para evitar confusiones) en lugar de veinte céntimos de euro. Y solo pueden habérmela colado en un súper o en el mercadillo de la verdura. Así que ya sabéis, a partir de ahora, mirad bien las monedas cuando os devuelvan el cambio... ¡Que estamos en crisis y cincuenta céntimos son cincuenta céntimos, leñe!

¿Verdad que sí, cánido aburrido?


PD: Bolita está mudando las plumas. Me paso el día barriendo su plumón de la cocina, y encima ha perdido todas las de la cola. Consejo a quien quiera tener un jilguero: conseguíos también un buen aspirador.

martes, 14 de septiembre de 2010

¡Se acabaron las fiestas!

Pos eso, después de diez días, el domingo doce a medianoche, se acabaron las fiestas de septiembre de este año. Ahora comienzan las fiestas de los barrios (los que aún quieran hacerlas), el Rosario, la Inmaculada, Navidad, y luego descansamos hasta San Antonio y vuelta a empezar. ¡Si será por santos en esta ciudad!

Así que os dejo dos vídeos de los últimos días de las fiestas:

Exhibición de danza del vientre en el mercadillo medieval:


Por desgracia, una señora se interpuso entre la chica y mi cámara justo cuando estaba a punto de terminar. El mercadillo en sí no era gran cosa, el de las fiestas fundacionales de febrero es mejor, vienen más vendedores y actúan grupos de teatro para darle realismo al tema. Pero los quesos que me compré son deliciosos. Y los falafels molan un oêuf y medio.

Concentración de ratoneros valencianos. Se pueden apreciar las tres capas de colores de estos feroces perritos admitidas en el estandard de la raza. He dejado el sonido ambiente para que veáis lo escandalosos que son los bichos:

 

Y con esto, hasta el próximo mes de mayo.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Jezabel tiene razón

Porque al leer esta noticia  no he podido evitar acordarme de este señor:


Es verdad, soy un engendro.

Y una friki de narices.

¡Más noticias de "Juego de tronos"!

La HBO ha sacado un nuevo trailer. No tiene spoilers gordos, así que podéis verlo tranquilos:


Objeciones, así de entrada (*modo friki quisquillosa on*):
  • Tyrion debería ser más feo. En el libro se le describe repetidas veces como "monstruoso". Aquí se le ve como un tipo normal. Vale, demasiado bajito, pero normal.
  • ¿Por qué han peinado a Ned como si fuera el hermano mayor de Éomer? Tolero que no sea moreno como en el libro, porque es Sean Bean, y a ese señor se lo perdono casi todo, pero ese peinadito es para denunciar al peluquero.
  • Ese tono tan frío de la fotografía queda bien cuando la acción es en el Norte, pero no me acaba de gustar para el resto de las localizaciones (sobre todo para los sitios por los que deambula Daenerys).
  • ¡Los huargos son huskies! Espero que luego lo arreglen con efectos especiales, porque a mí esos bichitos que se ven en el trailer me dan ganas de tirarles una pelota, no miedo. Y se supone que los huargos dan miedo.
  • Danerys debería tener los ojos color violeta, pero se lo perdono porque el resto está muy bien caracterizado, y la chica es guapísima (ahora, crucemos los dedos para que además sepa actuar).
  • Las armas y armaduras molan, pero el vestuario "civil" me parece un poco cutre.
(*modo friki quisquillosa off*).

La HBO también ha tenido el detalle de colgar un vídeo de "Cómo se está haciendo". Y Manu Viciano ha tenido el detalle de subtitularlo. Un motivo más para adorar al corrector de pifias de traducción del Mundodisco:



Y hablando de frikis: Aquí han desglosado el trailer escena por escena, y aquí el "Detrás de las cámaras". Por cierto, considerad este blog añadido a la derecha desde ya.

Y el blog oficial de la HBO sobre la serie, también, por supuesto.

Ganas de que llegue el otoño del año que viene aumentando...

Por cierto, yo también quiero aportar mi dosis de frikismo. Hace tiempo que subí este vídeo a youtube. A la gente le gusta bastante, aunque si lo volviera a hacer, le añadiría algún efecto zoom y alguna transición. No lo veáis si no habéis leído hasta "Tormenta de Espadas":


 

Seguiremos informando.

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