Hace un par de semanas, la maldición que hay sobre este edificio volvió a actuar.
La palanca que abre el reposapiés de uno de mis sillones de relax se rompió.
Claro, que la rotura también podría deberse a que el susodicho sillón lleva como unos veinticinco años aguantando nuestros culos.
Sea por el motivo que sea, el día 22 estábamos recorriendo las tiendas de muebles de los alrededores cuando pasamos por delante de una tienda de electrodomésticos y electrónica. Señorpadre sugirió que entrásemos.
Y cuando quise darme cuenta, estaba sacando la tarjeta para comprarle un ordenador portátil a un hombre de casi ochenta años que a duras penas distingue una letra de otra en el teclado. Pero oye, le hacía ilusión...
Y he aquí que llegamos a casa y ponemos el engendro mecánico en marcha.
Lo primero que hace es pedirme un correo electrónico para crear una cuenta. Y en lugar de venir a este cacharrito y hacerle una hotmail a Señorpadre para crear la cuenta a su nombre, le pongo el mío.
Consecuencia: ahora cada vez que encendemos el portátil aparecen mis últimos correos en el outlook. No es que eso me preocupe, a esa cuenta solo me escriben Amigafashion, la Generalitat Valenciana y la FNAC. Lo malo es que también aparece la famosa foto de Donald Sutherland señalando con el dedo y gritando "¡¡SPOILEEER!!" en la aplicación de "fotos", que aún no me explico cómo, consiguió poner en marcha.
Porque ahora viene lo "bueno": Windows 8 no se parece en nada a XP. El escritorio ha desaparecido para convertirse en una aplicación más en la que debes pinchar para que aparezca. El famoso botón "Inicio" está desaparecido en combate, y no tengo ni idea de dónde deben haber metido el panel de configuración. Bill Gates lo ha conseguido: está a punto de volverme loca. Y a ello colabora animosamente Señorpadre, quien convencido de que soy poco menos que una superdotada no hace más que pedirme auxilio.
Y esa es otra. Señorpadre tiene toda internet a su disposición. Podría ver la tele, leer el periódico, incluso buscar "eso" que les gusta tanto buscar a los hombres y que no mencionaré porque no quiero que se me llene el blog de pervertidillos. ¿Y qué hace el hombre?
¡¡Buscar nuestro antiguo piso en google maps!! ¡Pero si solo tiene que salir a la calle y caminar dos manzanas!
Y eso no es lo peor. También se dedica a buscar el "parany" del cuñado en Google Earth: "¡Mira, mira, Els Masos de la Lledona!"
Y yo mosqueada pensando en cómo librarme de Donald y de los restos de mi anterior blog que todavía floten en el hiperespacio.
Se supone que el verdadero objetivo de la compra es videochatear con
Amigopelmazo,pero éste no se ha molestado en decirnos su cuenta de skype o de lo que sea que utilice para eso. Y no ha respondido al correo electrónico que le mandamos desde la recién creada cuenta de Señorpadre.
Y estoy temblando por anticipado para cuando le llegue a Señorpadre su primera carta nigeriana, mensaje de amor de novia rusa o cualquier otro intento de "Phising"...
Lo dicho, como una cabra. Quieren que acabe como una cabra.
Por cierto, ya tengo medio apalabrado un precioso par de sillones. Entre los sillones, el ordenador y un surtido de ropa interior para el interfecto que tuve que comprarle para Nochebuena, me he gastado la paga extra que no he cobrado este año. ¡Menos mal que soy una buena chica y tengo ahorros!