miércoles, 25 de mayo de 2016

Viaje a los orígenes de Keko

Señorpadre tiene a veces cosas muy raras. Y una de ellas es que quería ir un día al pueblo donde la señora que nos dio a Keko en adopción se lo había encontrado.

- A ver si alguien se acuerda de él. - dijo.

- ¿Y si el tipo que lo abandonó, al ver lo bonito que está ahora, nos reclama la custodia?

- Ves demasiadas películas de sábado al mediodía de Dapena 3.

Ya, ya, pero mirad las fotos y decidme que no tengo motivos para preocuparme por eso...

Keko siendo mono

Keko siendo MUY mono.

Keko siendo guarro. Nadie es perfecto.

Pero resulta que en la tele salió el pueblo en cuestión, y Señorpadre tuvo la excusa perfecta. Total que metimos a Keko en el coche y partimos hacia su ex-pueblo.

Cómo llegar desde Castellón. Llegar a Castellón ya es cosa vuestra.

Acabábamos de bajar del coche y estábamos callejeando cuando Keko comenzó a tirar de la cadena y a gimotear. Señorpadre se aco... ngojó.

- ¡Subamos al coche y huyamos! ¡Está oliendo su casa!

- De eso nada. Quiero ver los grafitis y al menos tomarme un café.

- ¿Y si aparece su antiguo amo?

- Te lo dije...

Al final, resultó que Keko había olfateado un par de gatos que estaban repantigados en medio de la calle y quería acercarse a destriparles y macharcarles entre sus afilados dientes saludarles amablemente. Pero a Señorpadre ya no se le fue la mosca de detrás de la oreja.

Así que vimos todos los grafitis que me dejó, nos tomamos un cafelito y nos fuimos. ¿A que son una preciosidad?



Una fuente abandonada también puede convertirse en arte.




Esto es la pared del Ayuntamiento.

No es un grafiti pero me pareció bonita.

Supongo que la bici y los vaqueros en la ventana forman parte del cuadro.






¿Alguien está cansado?




Según Señorpadre, si lo llegamos a soltar nos habría llevado a su antigua casa.

En cada una de estas piedrecitas clavadas a la pared hay un retrato.

Aquí hay uno de ellos

Y ya de propina, volvimos por otra carretera a ver cómo estaba el río después de las últimas lluvias.


¡Milagro! ¡El Mijares lleva agua!

Cómo mola el Sitjar cuando está lleno.

Y esto es todo, amigos. Puedo asegurar también que el café estaba bueno. Así que si algún día os apetece y tenéis buenas piernas (no deja de ser un pueblo de montaña, con sus cuestas y sus calles estrechas), visitad Fanzara. Pasaréis una tarde bonita.


1 comentario:

  1. :) Cierto que es un milagro que el Mijares baje con agua!!!

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