A estas horas, ya os habréis dado cuenta de que soy un poco "la loca de los libros", ¿verdad? Si estuviera buena, tuviera tiempo y no tuviera este acentazo que me hace parecer una mala imitadora de Eugenio, igual me metía a booktuber y todo.
("Hola, me llamo Marta y voy a hablaros de "Orgullo y Prejuicio", como las otras dosmilmillones de booktubers que pululan por esta página")
No, mejor lo dejo.
¿Por dónde iba? Ah, sí, libros.
Pues volvía yo el otro día de pasear al perro cuando un bulto extraño en una papelera al lado del bloque donde vivo llamó mi atención. Como yo soy de la clase de personas que en Anhk Morpork ya llevaría años debajo del Ankh con pesas en los pies, me acerqué a curiosear.
Y me encontré la papelera en cuestión llena de libros.
Un montón de novelitas de las que se llamaban "de a duro", o sea, que se vendían en los kioskos a cinco pesetas (3 céntimos de euro). La mayoría pertenecen al género romántico y en la ojeada preliminar que les eché están publicadas allá por los años 60. El papel está amarilleado, y muchas hojas se soltaron.
Mi sentido común me gritaba: "¡Déjalas donde están! ¡Ni siquiera tienes sitio para tus propios libros!"
Tuve que golpearle, atarle y amordazarle para que se quedara callado. ¡Son libros, maldita sea! Me dolía el corazón solo de verlos en una papelera.
Como os podéis imaginar, ahora mismo están a salvo en mi armario. Os enseño una muestra:
Portada:
Anuncio en la última página (no pude evitar leerlo con voz de "Les Luthiers"):
Pregunta a mis lectores: ¿queréis que reseñe unas cuantas para vosotros? Porque leerlas, me temo que voy a hacerlo de todas formas, ya sabéis cómo soy.
Por cierto, ya va tocando entrada de libros un día de estos, ahora que se me ha pasado la pereza lectora.
Siii. Quiero sber de qué se trata Trenzas Largas! Besosa Keko
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