jueves, 29 de agosto de 2013

Decepción.

En los meses de verano, mi santa ciudad se convierte en un páramo desierto donde solo quedamos los inmigrantes y mi familia.

Y es un progreso, hoyga.

Porque cuando yo era pequeña, no había inmigrantes. Y me tenía que pasar el verano aburriéndome porque mis amigas se iban al chalet o al apartamento de la playa.

Yo quería un apartamento en la playa. Pero a Señorpadre no le gustaba la arena, y mi madre decía que total, la playa la teníamos a seis kilómetros... aunque yo no soportara a dos de los tres hijos de la amiga con la que íbamos a "playear" todas las tardes.

Así que me aguantaba.

Y pasó el tiempo.

Y he aquí que llevo cinco años trabajando en una ciudad turística y playera.

Y Señorpadre ha tenido una de sus ideas.

-Oye, ¿y si nos compramos un apartamento aquí? Así no tendrías que madrugar para ir al trabajo, y yo iría a pescar a la playa...

Sí, el señor odio-la-arena, ahora quiere pescar.

-¡Pero solo soy una interina! ¿Y si convocan oposiciones y no saco la plaza? ¿Y si les da por prescindir de mi para ahorrarse mi sueldo?

-¿Y qué? ¿Qué mas te da vivir en un sitio que en otro?

Ese argumento me dejó muda, sobre todo procediendo del hombre que se pasó los más o menos diez años que vivimos en Castellón lloriqueando porque quería volver a su pueblo.

Y aquí entra su hermana mayor, que precisamente conoce a una señora en el edificio de apartamentos donde veranea que quiere vender el suyo.

Habló con la señora y preguntó precio, que coincide con lo que puedo gastarme. Pero claro, tampoco es cuestión de comprar a ciegas, así que me dediqué a mirar precios por internet.

Y encuentro esto. Y levanto las orejitas, porque ese precio por una villa en Els Terrers es un regalo.

Agacho las orejitas. Aquí hay algo raro. ¿Estará en ruinas? ¿Habrá okupas?

Y vuelvo a levantar las orejitas, porque todos los días paso delante de una preciosa villa en venta justo en la playa. ¡Ay, ojalá fuera esa! Ya me imagino desayunando en la terraza, mojando mis marías en el nescafé con leche mientras veo amanecer sobre el mar...

Así que llamo a la inmobiliaria para preguntar el precio de mi sueño...

3.200.000 euros del ala. Según un conversor de divisas, son 4282880 dólares.

Sí, yo también he necesitado las sales.

Eso es aproximadamente 2700 veces mi sueldo...

Entonces, ¿cuál es la que vale un precio que puedo pagar, si no es esa? ¿Qué otra villa en venta puede haber en Els Terrers entre Eurosol y Escuela de Vela?

Nueva llamada a la inmobiliaria.

"Bueno, no está exactamente en Els Terrers, sino en una de las calles perpendiculares a la avenida... Está para entrar a vivir, pero los azulejos del baño y del suelo... No, por teléfono no puedo decirte la calle exacta... Ahora mismo no se puede ver, está alquilada todo el mes".

Como mínimo, la publicidad un poco tramposilla. Aunque una ya está curtida en estas lides, y si se conoce un poco la zona, ya se da uno cuenta de que frente a la playa, por 200000 te venden un solar si tienes suerte. Pero había comenzado a hacerme ilusiones.

En fin, ya os contaré cuando pueda ver el apartamento.

PD: Disfrutad, ya de paso, de esta colección de perlas cultivadas de nuestra ínclita prensa local: ¡Speed! y ¡Mutante!

2 comentarios:

  1. Desde que tenemos un perro de raza no reparamos en gastos :-P

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    1. Imagínate, estoy pensando en ponerle aire acondicionado en la caseta como la Preysler... :P

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