Hace unos nueve años, La Factoría de Ideas publicó una antología de relatos fantásticos tituladas "Leyendas", y que en realidad era la segunda parte del casi inencontrable "Leyendas Negras".
Esta fue la portada de "Leyendas":
Esta es la portada que vi ayer en el escaparate de una librería:
Es el mismo libro, solo que ahora que Martin es famosillo, y no solo entre los cuatro frikis que leemos esas cosas, vende más poner su nombre en la portada en letras muy gordas y añadir los otros en letras más pequeñitas. Y encima, subtitularlo como "una novela de Juego de Tronos". Hace falta morro, no me digáis que no.
En fin, mirémoslo por el lado bueno: siempre es una buena noticia que se reedite un buen libro (tomad nota, editores de "Leyendas Negras").
Claro, que también está el lado malo: que igual habrá quien lo compre creyendo que todo ese tocho es una novela de Martin y se sentirá defraudado porque la parte de Martin es una pequeña parte del grosor del libro. La antología está muy bien, hay relatos que me gustaron más y otros que me gustaron menos, pero no es "un libro de Martin". Por cierto, no entendía cuando lo compré y no entiendo ahora qué pinta ahí el relato de Diana Gabaldón. Es bueno, sí, pero yo lo habría metido en una antología de "detectives de época", porque el elemento fantástico es irrelevante.
Bueno, yo ya he cumplido con mi deber de buena ciudadana advirtiéndolo.
Y hablando de ciudadanos no tan buenos...
Hace unos años, al Ayuntamiento de mi santa ciudad se le ocurrió poner estatuas en la calle, supongo que dentro de la campaña: "Eh, tíos, ya que la industria se ha ido a la mierda y de los huertos no se saca un duro, convirtámonos en una ciudad turística".
En la placita que hay detrás de mi casa pusieron una estatua llamada "bailarina", una chica desnuda que se puede interpretar que está bailando flamenco o protegiéndose la cara del sol, a elección del espectador.
Naturalmente, una estatua desnuda no puede menos que atraer gamberros. Así me encontré a la pobre bailarina ayer cuando volví a casa:
Mirémoslo por el lado bueno. Al menos, aún no la han robado para venderla como cobre...
Edito: Me acabo de enterar por twitter de que el libro "La espada leal" no contiene todos los relatos de "Leyendas", sino solo cinco. Encima eso. Morro, pero que morro morro...
Edito: Me acabo de enterar por twitter de que el libro "La espada leal" no contiene todos los relatos de "Leyendas", sino solo cinco. Encima eso. Morro, pero que morro morro...
Pasó lo mismo con la antología Wild Cards (una de señores con superpoderes y supervillanos en la segunda guerra mundial. O algo por el estilo). La coordinaba George R. R. Martin pero los relatos eran de otros autores. Eso sí, el nombre del barbas aparecía bien en grande (también es cierto que con la portada pulpera se hubiera vendido solo).
ResponderEliminarDonde vivo también hay una selección de estatuas absurdas para intentar atraer el turismo: la castañera, la lechera y dos tipos en un coche. Pero la que más peligro corre no es una escultura pública, sino un muñeco de playmobil a tamaño real que una juguetería pone a la entrada como reclamo publicitario. Lo han secuestrado tantas veces que el dueño le ha tenido que poner una cadena al tobillo, y el resultado es un tanto absurdo.
Y eso por no hablar de la reedición de "Los viajes de Tuff", una novela sobre un tipo que va por ahí en una nave espacial arreglando ecosistemas "estropeados", con un caballero en armadura medieval en la portada. A ver si algún despistado creía que era la continuación de "Festín de Cuervos", supongo. No es ilegal pero en mi opinión está muy feo.
Eliminar¡Ay las estatuas absurdas! Una vez vi a una señora en Castellón sacarse el monedero para darle limosna a una que estaba al lado del mercado, pensando que era una artista callejera XDD.