jueves, 10 de octubre de 2013

Queridos administrados, ciudadanos, clientes o como el gobierno quiera que os llaméis ahora...

Por el bien de mis nervios y los vuestros, y por el buen funcionamiento del procedimiento administrativo, me veo en la obligación de daros unos cuantos consejos. No os los toméis a mal, cualquiera puede estar en vuestro lugar, incluida yo.

1º.- Tu currículum no me importa. Me da igual si eres ama de casa, tienes veinte carreras por La Sorbona o eres piloto de dirigibles. Lo único que me hace falta que pongas en el encabezamiento de la instancia es un nombre y una dirección donde enviarte las comunicaciones. El número de DNI y el de teléfono son opcionales. Y por cierto, si has denunciado por teléfono, sería todo un detalle por tu parte dar una dirección para poder informarte de "qué hay de lo tuyo".

2º.- Haber votado al partido que ahora gobierna en tu ayuntamiento no es una alegación válida. Si esperabas un trato de favor por haberlo hecho, lo siento, el procedimiento administrativo tiene que seguir su curso. Si luego tu partido del alma decide hacerte un favor y archivar el procedimiento, ya no es asunto mío. Que sean ellos los que se arriesguen a una denuncia por prevaricación, pero yo no voy a jugarme el culo por ti, lo siento. Voy a cobrar (cada vez menos) igual a fin de mes, salga como salga tu caso (cruzo los dedos, que a este paso igual me acaba tocando pagar).

3º.- Enviar por fax un folio escrito en mayúsculas cagándote en las muelas de nuestros antepasados tampoco es una alegación válida. Tú te has quedado a gusto, yo me he reído un rato con tus chorradas y el procedimiento va a seguir su curso.

4º.- No te hagas el listillo, por favor. No vamos a hacerte más caso porque invoques la Carta de Derechos Humanos de la ONU, el Tratado de Versalles o un recurso que lleva casi quinientos años derogado. Sobre todo si invocas todas esas cosas en un procedimiento que no tiene nada que ver con ellas. La valoración jurídica es trabajo de nuestros técnicos, tú limítate a hablar de hechos y a aportar pruebas. Y no, "mi cuñado me dijo que..." no es una prueba.

5º.- No seas graciosillo. Hablar de ratas que hacen botellón puede hacerme gracia a mi, pero puede que a otra persona le caiga como una patada en el píloro. Repito: hechos y documentos que los apoyen.

6º.- Infórmate antes de protestar. Sobre todo, infórmate de contra quién has de protestar. Por ejemplo, un bache en tu acera es culpa del Ayuntamiento, un bache en la N-340 es culpa del gobierno. Si tu vecino ha envenenado a tus gatos, denúnciale al SEPRONA. Y, por enésima vez... si te han subido el IBI no es culpa mía. Ni siquiera es culpa de los de la oficina de Catastro, pero al menos ellos saben de qué les hablas.

7º.- Yo no tengo poderes paranormales. Con datos como: "Oye, que tengo aquí un papel de correos de que me habéis enviado una carta, ¿qué decía?" yo no puedo hacer nada.

8º.- Aunque te parezca increíble, tu problema no es el único que llega aquí. Llamar todos los días preguntando "qué hay de lo tuyo" no acelerará el proceso. Ya te llegará tu turno cuando toque.

9º.- Las palabras se las lleva el viento. Esto es procedimiento administrativo, señores. Si no nos lo presentas por escrito, y debidamente registrado, no existe. Da igual que te lo dijera el concejal o el "sursum corda".

10º.- Yo solo soy la mecanógrafa. No me pidas una clase de derecho administrativo por teléfono, y menos aún consejo sobre lo que tienes que hacer. Búscate un abogado, o habla con un amigo al que le haya pasado lo mismo.


PD: Una buena relación con los vecinos no estaría de más. Muchas de vuestras protestas y denuncias se resolverían más deprisa si en lugar de venir a lloriquearnos a nosotros hablarais directamente y con educación con la persona que os molesta.

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