Últimas lecturas.

He leído relativamente poco desde mi última entrada sobre libros, pero me apetece escribir sobre ello, así que como este es mi blog y me lo fornico como quiero, toca entradita literaria.

Ahí va la lista de lecturas (me encanta aNobii, con la mala memoria que tengo es una ventaja tenerlo para apuntarme lo que leo):

Alejandría, de Lindsey Davis: Falco y familia se van a hacer turismo a Egipto. Naturalmente, aparece un cadáver. Lo divertido del asunto es que esta vez, el viaje no era una tapadera, Falco quería realmente ver las pirámides, pero nadie se lo cree y le toca investigar el caso. Como espectadora de documentales de bichos, encontré realmente divertido el debate sobre si el ñu existe o no existe.

Rebeca, de Daphne du Maurier: Este libro, igual que "Los pájaros" y "La posada de Jamaica" es más famoso por la adaptación de Sir Alfred que por si mismo. Supongo que ya conoceréis la historia: chica pobre se casa con viudo rico, y comienza a emparanoiarse con que la primera esposa molaba más que ella. Lo divertido del libro es que la chica ya lleva la paranoia puesta desde que le conoce, no hace falta la señora Danvers para comerle la cabeza. Por no saber de la chica, no sabemos ni su nombre, ni nada de su pasado hasta el momento que conoce a Max. El libro está escrito muy bonito, pero a la narradora dan ganas de darle de collejas para que espabile. Y por otra parte, no me gustó la conclusión. Hale, como Rebeca era una zorra promiscua y posiblemente bisexual, y tenía cáncer, está completamente justificado, y hasta es una buena acción, que el marido le metiera seis tiros. Pues mira, no, por más que ella le provocara para que lo hiciese, no deja de ser asesinato. Y el asesinato, la última vez que lo miré, es un delito. Y pecado mortal, añado.

Cuenta la leyenda (sobre Hitchcock se cuentan muchas de este estilo) que Laurence Olivier estaba muy cabreado porque él había querido que el papel que acabó interpretando Joan Fontaine, lo interpretase su señora (entonces creo que aún no estaban casados). Así que lo pagaba con su pobre co-protagonista, insultándola y haciéndole trastadas. La chica se quejó a Hitchcock creyendo que serviría de algo. Sirvió... para que el cabroncete de Hitch le dijese a Olivier que bien hecho, que la hiciese sufrir aún más. De modo que recordad la próxima vez que veáis la película, que cuando la Fontaine pone cara de sufrimiento extremo no está actuando.

Lo que no sé es de dónde sacó Sir Laurence que semejante pusilánime pudiera haber sido interpretada por Vivien Leigh. ¡Poooor favooor! ¿Alguien se imagina a Scarlett acomplejada porque otra mujer era más guapa y más molona que ella?

El sueño de los dioses y El corazón de Tramórea, de Javier Negrete: Pongo estos dos libros juntos porque me los leí seguidos, y porque forman parte de la misma saga.

Hagamos un poco de historia.

Javier Negrete es un profesor de griego que en sus ratos libres escribe novelas. En el prólogo de "La mirada de las furias", con la que según wikipedia ganó el premio Ignotus, mencionaba una obra llamada "La jauka de la buena suerte". Esto acabaría convirtiéndose en "La espada de fuego", que creo que acabó ganando el premio Minotauro, aunque en la wiki no lo dicen (así que igual estoy equivocada).

"La espada de fuego" es el primer libro de la serie de Tramórea, que iba a ser una trilogía, pero como el último libro era demasiado gordo lo partieron en dos (como "Danza de dragones" y "Festín de cuervos" pero bien hecho). Trata de las aventuras de un grupo de guerreros que parten en busca de la susodicha espada tras la muerte de su anterior propietario. El grupito es bastante variopinto, pero destacan tres personajes: Derguín Gorión, el "chico de la película", que como tal es simpático aunque un poco Sosomán, Togul Barok, el Emperador de Áinar, un malo maloso de esos que te caen bien a tu pesar (y su "gemelo colérico", que literalmente vive dentro de su cabeza). Y sobre todo, el gran robaescenas de toda la serie, el guerrero cuarentón, ya con más pasado que futuro, Kratos May. Kratos es un grandísimo personaje, y las escenas más épicas de la saga le tocan a él. Quiero uno para Navidad.

Lo mejor de todo es que más o menos a mitad del segundo libro, "El espíritu del mago", Negrete da una patada a la mesa y nos damos cuenta de que no estamos leyendo fantasía épica como creíamos, sino ciencia-ficción. No una ciencia-ficción tipo Asimov, sino más bien tipo Darkover o Los dragones de Pern pero ciencia-ficción al fin y al cabo. Para entendernos, a seres como las Atagairas, por ejemplo, no los hizo "un mago" sino un "científico loco".

Y otra cosa MUY buena de estos libros es que, dada su formación clásica, Negrete no se dedica a saquear el imaginario y la ambientación del mundo celta, sino que sus ejércitos luchan al estilo de la antigua Grecia, sus dioses reproducen los mitos grecorromanos, hay ciudades-estado, una Ruta de la Seda... Y hasta una Tierra Hueca y unas Moiras "cuidando" de todo. Una refrescante novedad en el género.

Los tres primeros libros de la Saga de Tramórea son encontrables en edición de bolsillo. El último debe estar al caer. Así que haceos con ellos o encargadlos en vuestra biblioteca más cercana, porque valen mucho la pena. Y ya de paso, leed Salamina, Señores del Olimpo o La mirada de las furias. No os arrepentiréis. De momento, lo único que no me gustó de lo que he leído de este hombre fue Atlántida. Igual es que no le pillé el punto.

El Atlético Invisible, de Terry Pratchett: Un pedazo de novela como la copa de un arciano. Que no os eche atrás el que trate de fútbol, porque en realidad no trata de fútbol, sino de los temas favoritos de Sir Pterry: la tolerancia, si estamos predestinados o no a ser como somos, lo cabrona que es la gente de Ankh-Morpork. ¡Por favor, lectores! ¿Cómo podría ser mala una novela en la que aparecen el Patricio, los Magos de la Universidad Invisible, Rincewind, el Equipaje, YVALR Escurridizo, Sam Vimes, el Bibliotecario, la inefable Lady Margolotta, un pollo gigante y un orco? ¿En la que hay diseñadores de moda Enanos, un Romeo que le prometió a su mamá no volver a jugar al fútbol y una Julieta hooligan (del equipo contrario al de él, claro)? Ganas me dan de escribir un fanfic en el que Vetinari y Lady Margolotta pasen unas vacaciones con Yaya Ceravieja.

De momento, sigo con Danza, a ver si ahora que tengo siete días de vacaciones y puedo coger el libro a gusto lo termino, y tengo "en la recámara" una continuación en clave policíaca de "Orgullo y prejuicio" a la que le tengo mucha confianza, porque P.D. James demuestra en el epílogo de sus memorias ("La hora de la verdad") que es una fangirl total de Jenny, y no creo que vaya a hacerle ningún destrozo grave. Y también tengo pendiente "La casa en el confín", que es un clásico del terror y dicen que da tan mal rollo que deja a Lovecraft como un Corín Tellado de la vida.