jueves, 21 de abril de 2011

... Y así fue como perdí la poca reputación que me quedaba

Anteayer me olvidé en casa el monedero grande, donde guardo todas mis tarjetas: el bonobús, las tropecientas tarjetas de "fidelidad" a los supermercados, una tarjeta de débito, y, lo más importante, la tarjeta de fichar en el trabajo.

Por suerte, llevaba el monedero pequeño, el de la calderilla, y no tuve problemas para pagar el autobús ni el almuerzo. Pero, claro, al no poder fichar, no constaba que yo hubiera estado allí, y son siete horas menos. Así que en cuanto llegué, fui a hablar con "el del reloj" (vamos, el encargado entre otras cosas de contabilizar las horas que llevamos cada empleado).

-No te preocupes, mañana haces un parte diciendo a qué hora has entrado y a qué hora has salido, que te lo firme tu superior y lo presentas.

De modo que llega "mañana", o sea, ayer, relleno un parte de incidencias y se lo presento a mi jefe.

-Tendrías que rellenarlo también con el programa ese nuevo que nos han puesto para comunicar las incidencias.

-¡Vaya, pues no lo había pensado! Después lo hago.

Total, que se acaban las horas de atención al público, se hacen las tres de la tarde, y me decido a entrar en el programa: Intranet-portal del funcionario-entrar con mi firma electrónica-click en "licencias y permisos", "Otros".

Y al intentar rellenar la casilla "observaciones", donde suponía que debía explicar lo que me había ocurrido, había un letrero explicando justamente eso, que tenía que explicarlo. Hice click, seleccioné y traté de borrarlo.

Nada.

Volví a seleccionarlo y le di a la tecla de retroceso.

El programa me devolvió a la pantalla anterior.

Y fue entonces cuando ocurrió el desastre, porque, en un ataque de ira y sorpresa, solté en voz alta:

-¡Hostia!

Las cinco cabezas de mis compañeras se volvieron a mirarme con cara de desaprobación. Expliqué lo ocurrido, pero creo que fue inútil. Luego, me di cuenta de que estaba tratando de rellenar la casilla incorrecta, una vez localizada la que debía rellenar en realidad, terminé de cumplimentar el trámite.

Bueno, viendo el lado positivo, al menos no había ningún administrado presente.

Pero así ha sido como mi reputación de dama culta y refinada se ha ido para siempre a la mierda. Requiescat in pacem, amén.

En otro orden de cosas, reservaba esta canción para el día 23 (por el autor de la letra), pero creo que, con el tiempo que está haciendo, va mejor para hoy.






Edito: No sé a vosotros, pero a mí no me funciona el reproductor, así que os pongo un enlace y la oís desde goear. Hale, haced click aquí.

Última hora: Facebook contra la rave. Snif.

3 comentarios:

  1. Si no es tan grave..En el fondo lo divertido de tener un vocabulario amplio es olvidarlo para acabar jurando como un marinero en situaciones de estrés.

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  2. Y también se puede utilizar el vocabulario amplio para jurar con más imaginación que eso... el problema, más que el taco, es que mis compañeras de trabajo son tirando a beatillas, y que se me fuera a escapar precisamente, ese... Igual un buen "merda" habría quedado mejor Xd.

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  3. Sí, parece que ayer era el día en que las cosas no funcionan, je.

    ¿A quién no se le queda cara de idiota cuando se da cuenta de que las cosas que no van... no pueden ir?
    De todas maneras, podía ahber sido pero: ¿y si hubieras soltado un "me cagüen la..." justo delante?

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