viernes, 28 de agosto de 2015

Septiembre

Se acerca el mes de septiembre. Comienza el curso, y no solo para los niños. El Ayuntamiento ya ha sacado los talleres y los cursos de la Escuela Municipal de Idiomas, comienza una nueva temporada en la piscina municipal...

Dudas, dudas, ¿qué hago?

Tengo claro que quiero seguir con las clases de inglés. Por tres razones: es divertido, me añaden horas en el cómputo de horas trabajadas, y me da tiempo a aprender lo suficiente antes de que Cierto Señor Gordito publique su próximo libro y no tener que esperar a la traducción.

En realidad, al ritmo que escribe el señor, me dará tiempo a aprender varios idiomas más entre libro y libro.

Quiero intentarlo con la autoescuela, otra vez. A ver si este año lo consigo. Me gustaría apuntarme a la piscina a hacer cosas tan chulas como el "Circuito Funcional". Copiado literalmente de la web de la piscina:

Consiste en una serie de ejercicios realizados en otras tantas “estaciones “ alineadas dentro del gimnasio según un itinerario previsto. Cada una de las estaciones tiene una misión distinta y complementaria de las demás. Unas sirven para entrenar los músculos de los brazos y de los hombros, otras son adecuadas para ejercitar los músculos del abdomen, de la espalda, de las piernas etc.

La duda es si sobreviría a ESO. 

Me gustaría seguir con el corte y confección, a ver si consigo terminar la falda. Sí, me pasé el año entero con una miserable falda recta y no logré terminarla. Soy más lenta cosiendo que Don Jorge escribiendo. Para este año voy armada con un montón de revistas de patrones y un montón de cortes de dos metros de tela comprada en el mercadillo a un euro el metro (tengo que dejarlo, creo que me estoy empezando a obsesionar).

He intentado practicar el cosido a máquina este verano. He pasado más tiempo enhebrando la aguja y cambiando hilo roto que cosiendo. Me compré unos retales para practicar la línea recta y uno de ellos, de punto, se me metió por el agujero de la parte en la que se apoya la tela (imaginaos, ni siquiera conozco aún el nombre de los componentes) y casi me joroba la pobre máquina. En otra ocasión, me las apañé para romper la aguja. Me he suscrito a un canal de youtube sobre el tema, a ver si viéndolo me aclaro más que leyendo las instrucciones.

A todo esto, Keko se encuentra perfectamente, incluso se me ha puesto "fofisano" y se le han caído aquellas costras que tenía en las orejas y que Señorpadre quería cortarle (ahora solo falta que le salga pelo donde estaban las costras). El pobre no lleva bien tomar medicación, sobre todo las inyecciones. Tomar pastillas también lo llevaba mal. No he conseguido engañarle con quesito ni con jamón york, pero la sobrasada ha sido, como se suele decir, "mano de santo". Ni la huele. Mordisco y "pa dentro", pastilla incluida.

Por cierto, estoy pensando en darle un compañero canino. Un conocido quiere deshacerse de su perrete (la típica historia: aceptas un perrito porque tu niña se pone pesada con que lo quiere, pero cuando te das cuenta de que todo el trabajo es para ti, quieres mandar al bicho a la perrera con siete meses) y voy a ver si Señorpadre y Keko lo aceptan. Aunque sea en acogida temporal para buscarle una buena casa. Me da la impresión de que a Amigopelmazo le encantaría tenerlo, pero no tengo forma de comunicarme con él, no tiene móvil y el fijo es el de su empresa, que lleva tiempo cerrada. Cruzo los dedos para que este año venga a España.

Así que ya veis, creo que voy a tener un otoño movido. Y además, voy a remodelar mi terraza para convertirla en una salita bis, lo que igual me obliga a hacer el terrible sacrificio de comprarme alguna estantería que otra en Cierta Conocida Tienda de Muebles Para Montar...

Seguiremos informando.

miércoles, 26 de agosto de 2015

Sé que no te daré like porque soy una zorra insensible.

Mis memoriosos lectores: ¿Recordáis cómo acabé haciéndome un perfil de Google + porque no me aclaraba a salir de un cuadro de diálogo de Gmail?

Pues bien, llevo ya un par de años con el dichoso la extendidísima G+ y sigo sin verle la gracia. Sí, pongo un enlace ahí cada vez que actualizo, miro alguna publicación y ya. Ni interactúo, ni nadie interactúa conmigo. Como red social es un peñazo del tamaño del Everest.

Y encima, ahora les ha dado por el sentimentalismo barato. Todos los días aparece al menos una vez un cartelito, tipo "motivacional", con la foto de un perrito y el letrero: "Sé que no me darás like porque no soy de raza", o como ayer: "Sé que no me darás like porque soy feo".

Aunque la gota que desbordó el vaso y provocó la "pantanada" fue que la epidemia se está extendiendo a twitter. Con el chantaje emocional más barato que he visto en mucho tiempo: la foto de una niña y el letrero: "Sé que no me compartirás porque tengo síndrome de Down".

No, cariño. No te "compartiré" porque para empezar, no sé si eres mayor de edad, o si tus padres o tutores dieron su permiso para que tu foto vaya rodando por la red. No te compartiré, ni a ti ni a los perritos, porque odio estas apelaciones al sentimentalismo. Porque no creo que mis "likes" o compartirte en twitter vaya a mejorar en algo tu vida, o a hacer que alguien vea guapo a ese perrito feo. Porque no sé para qué demonios van a utilizar mi click aparte de para aprovechar el enlace para enviarme algún tipo de spam, por ejemplo. Y porque no necesito demostrarle mi bondad a una foto y a todas las personas desconocidas que sí que han dado click para demostrar lo buenos que son.

Y si alguien necesita enviar esos carteles para conseguir muchos "megustadores", igual es esa persona la que tendría que hacérselo mirar.

Y, sí, bueno, no voy a "compartir" ni "dar like" ni nada parecido porque soy una zorra insensible sin corazón. A estas alturas ya tendríais que saberlo.

PD: La palabra "megustadores" y la expresión "la extendidísima Google+" son Copyright de Adrii, de los podcasts Ohhh TV y Esta peli ya la he visto.

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