Y después de tanto sufrimiento, ayuno, abstinencia y todo ese dolor, penitencia y aburrimiento (finjamos por un momento que aún hacemos caso de esas cosas), llega un día para comer, beber y divertirse. Sobre todo, comer esto:
Existen dos versiones de la "mona". En Cataluña es un delicioso dulce de chocolate, al que se le da forma tradicionalmente de huevo y últimamente de personajes de dibujos animados. Por aquí es ese pastel de pasta de "panquemao", con trocitos de fruta escarchada o bolitas de caramelo y con un huevo hervido con la cáscara pintada de colores en medio. A veces está relleno de "cabello de ángel", chocolate o confitura de boniato.
Otra variante es el "llongo", que tiene forma como de barra de pan, siempre está relleno y no tiene huevo hervido. Ha de comerse con cuidado, porque atraganta con mucha facilidad.
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| Ejemplo de monas |
Es también tradicional que la cáscara del huevo de la "mona" se rompa en la frente del mozo o moza con quien quiere arrejuntarse la persona que vaya a comerse la mona. Adivinad quién acababa siempre rompiendo el huevo en su propia frente...
Si sois cocinillas, en este vídeo podéis aprender a hacer una mona de pascua al estilo catalán:
Aquí está la receta de la mona valenciana (en valenciano).Y aquí en castellano. Y si tenéis termomix, podéis probar con esta.
Y, para terminar, debo desmentir categóricamente que la expresión "mona de Pascua" tenga algo que ver con el elevado consumo de bebidas alcohólicas durante estos dos días.
Bueno, tal vez un poquito. ¡Pero que conste que esas "monas" ya se cogían antes de que se inventara la Pascua!
Los que más suelo ver por las confiterías son las monas tipo catalán, aunque se las regalan los padrinos a sus ahijados. Lo del huevo relleno de confitura o chocolate es mejor idea que dejarlo vacío, aunque dan bastante trabajo (una vez me regalaron uno, y estuve media tarde quitando cascaritas de huevo).
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