martes, 18 de marzo de 2014

Lo de Don Jorge, la serie, Vientos de Invierno y la madre que los matriculó a todos.

En principio iba a dejar un comentario en esta entrada de Malena, pero me di cuenta de que me iba a salir demasiado largo, y maldita sea, para algo tengo un blog.

Yo he "defendido" mucho a Martin. Lo pongo entre comillas porque tampoco es que me haya matado por él, siempre he tenido claro que enfadarse "defendiendo el honor" de alguien que no sabe ni que existes es tontería. Pero cada vez que leía alguna tontería conspiranoica del pelaje de: "los siete libros llevan años escritos, Martin no los publica por motivos publicitarios" (por lo visto, cabrear a tus lectores es una excelente estrategia de marketing), o surgía la inevitable comparación con Robert Jordan, siempre saltaba a llamar agorera o conspiranoica a la gente.

Pero no más.

La famosa y ya mil veces enlazada entrevista a Martin en "Vanity Fair" me ha hecho pensar que el buen señor, o se entera de poco o nos está tomando la cabellera. Analicemos lo que dice (tomado de aquí).

"La temporada que está a punto de estrenarse abarca la segunda mitad del tercer libro. El tercer libro [Tormenta de espadas] era tan largo que tuvo que ser dividido en dos. Pero hay dos libros más a partir de ahí, Festín de cuervos y Danza de dragones. Danza de dragones es por sí mismo tan grande como Tormenta de espadas. Así que ahí hay tres potenciales temporadas más, entre Festín y Danza, si lo dividen en dos como han hecho con Tormenta. Ahora, Festín y Danza tienen lugar al mismo tiempo. Así que no se puede hacer Festín y Danza como yo lo hice. Puedes combinarlas y hacerlo cronológicamente. Y mi esperanza es que lo van a hacer de esa manera y entonces, antes de que me alcancen, ya habré publicado Vientos de invierno, lo que me dará otro par de años. La cosa podría estar ajustada en el último libro, Sueño de Primavera, si van muy rápido"


Martin parece haber olvidado cosas como que la trama de Bran en "Tormenta de espadas" se finiquitó en la tercera temporada, y que si hemos de fiarnos de los trailers, en esta temporada ya van a meter al chiquillo en los acontecimientos de Danza de Dragones. Por no hablar de la de Theon, personaje que desaparecía durante todo Tormenta de Espadas pero nos mostraron durante la tercera temporada, contándonos lo que no se llega a saber hasta que lees "Danza de dragones" (estoy intentando no soltar spoilers, mis disculpas si no entendéis de qué hablo).

Martin se olvida también de esto.

Lo de las siete temporadas y la información sobre el final se sabía prácticamente desde el principio de la serie. O al menos, era el típico "secreto a voces".

Permitidme hacer un inciso para contar una batallita.

Mi abuela paterna murió cuando yo tenía unos ocho años. Fue entonces cuando descubrí que la abuelita Dolores en realidad se llamaba Encarnación. Señorpadre me explicó que el padre y el padrino de la susodicha no se pusieron de acuerdo, así que mi abuela acabó teniendo un nombre "por lo civil", que figuraba en su DNI y en su lápida, y un nombre "por la iglesia", por el que la conocía el resto del mundo. ¿Y a qué viene esto?, me preguntaréis...

Pues viene a que tiene toda la pinta de que "Canción" va a tener un final "por la serie" y un final "por los libros".

No, no me creo que Martin vaya a terminar "Vientos de invierno" el año que viene. Estamos hablando del hombre que puso un epílogo al final de "Festín de cuervos" explicando que había tenido que dividir el libro en dos partes, pero que no nos preocupáramos que "el año que viene" publicaría el resto, y luego se pasó cinco años bloqueado.

No, Martin, "Festín" y "Danza" no dan para dos temporadas. No niego que sean interesantes, pero la acción no avanza tanto. Reconozcámoslo, ambos libros son respectivamente una lección de Historia de Poniente y de Historia y Geografía de las Ciudades Libres y la Bahía de los Esclavos. Para sacar de ahí dos temporadas, habría que poner infinitas escenas de Cersei contándole a alguien su vida, que es de lo que trata la mitad del libro. Si ya hay gente que se queja de la poca acción de la serie, imaginaos si ocurre eso.

Y luego está lo ya tan repetido de la edad de los personajes infantiles. Si os fijáis, en la primera temporada Sophie Turner era casi igual de alta que Sean Bean, y le pasaba media cabeza al actor que interpretaba a Jory. Imaginaos cómo será dentro de cuatro años. Tendrán que comenzar a hacer trucos con la cámara o directamente ponerles zancos a los actores que trabajen con ella. ¿Y os habéis fijado en que a Bran ya se le empieza a notar el bigotillo? ¡Menos mal que en la serie les subieron la edad a los personajes!

La gran pregunta: ¿me importaría tener un final "por la serie" y otro "por los libros"? Bueno, yo quería mucho a mi abuela. Hacía un dulce de membrillo y unos boniatos asados muy buenos, y contaba cuentos muy divertidos, así que lo de que tuviera dos nombres era lo de menos. Supongo que podré soportar dos finales de la misma historia. Será un poco como "elige tu propia aventura".

¿Si tendré ganas de leer el último libro si la serie se adelanta y me cuenta el final? He leído muchos libros después de ver la serie o la película, así que no me importaría demasiado que me lo destriparan. También soy consciente de que soy bastante rarita, y que puede que haya muchas personas que no piensen como yo. Pero si hay gente que deja de leer los últimos libros por saber ya el final, disculpe señor Martin, pero se lo tiene bien ganado.

Hay grandes sorpresas en "Danza de dragones". O las habría si usted no nos hubiera dado tiempo a pensarlas por nosotros mismos. Si ahora al final del último libro saliera diciendo quién es la madre de Jon Nieve, sea cual sea la madre miles de lectores dirán: "¡Bah, lo que yo pensaba, qué previsible!" Si todo acaba siendo un sueño de Rhaegar, resulta que alguien pensó también en esa posibilidad. Nos ha dado demasiado tiempo para pensar, don Jorge. Y si ahora quiere sorprendernos de verdad, va a tener que contar algo manifiestamente absurdo.

Pero esa ya es otra historia, me temo....

viernes, 14 de marzo de 2014

GRANDES soluciones para pequeños problemas

La vida cotidiana está llena de pequeños problemas. Molestias insignificantes que, como el dolor menstrual, no son mortales pero no hay por qué aguantarlas. Aquí va una pequeña lista:

El café de después de comer. Había dejado de tomarlo por pereza. Más que nada porque tenía una cafetera de acero inoxidable de tres tazas y no me gusta el recalentado. Encima, yo lo tomo normal, y Señorpadre descafeinado. La situación se agravó con la mudanza, pues mi nueva cafetera, aunque tiene la ventaja de ser de aluminio (¡hurra!), era de SEIS tazas. Un día de café bueno y cinco de recalentado era más de lo que mi sibaritismo podía soportar.

Gran solución: he acabado comprándome una cafetera de UNA taza. Un normal para mi y un descafeinado para Señorpadre después de la comida del mediodía le han devuelto la alegría a mi sobremesa.
El mejor invento italiano después de los espaguetis.

La lectura. Entre el trabajo, el chucho, la mudanza y las compras a ella anejas, y que no me siento cómoda leyendo con Señorpadre al lado, me estaba reconcomiendo el no poder leer. La solución ha sido volver a la infancia. Me he comprado una mini-lamparita de lectura:
Y ahora leo en la cama. Ayer por fin, después de casi cuatro meses pude terminar "Los nombres muertos". Al final ha conseguido ser "entretenidillo", sin más. Y nunca le perdonaré lo que le hace a Tolkien. Ahora tengo esperándome el tercero de Códex Alera y el noveno de Bernie Gunther. ¡La vida puede ser maravillosa!

Hago un inciso para que veáis hasta qué punto es difícil ser legal en este asunto de los libros electrónicos. Recuperar la contraseña de mi cuenta en la web de la librería fue fácil. Lo malo es que no recordaba que para descargar y leer los libros recién comprados había que utilizar el Adobe Digital Editions de los cojones. Descargado e instalado el programa, procedí a intentar autorizar mi portátil.

La madre que lo matriculó.

Hasta tres direcciones de correo electrónico me rechazó. Una porque "ya existía otro aparato autorizado con esa cuenta". Por más que le daba a "¡Ya lo sé, tonto del culo, no me acuerdo de mi contraseña!" no había manera de recuperarla. Y luego, me rechazó dos nuevas, una tras otra, por "no existir esa cuenta". Al final, he dejado el portátil sin autorizar, que he descubierto que igual se ven los libros.

Y luego estaba el otro pequeño problema de quitarle el DRM a los libros recién comprados para poder leerlos en mi lector electrónico. Bueno, eso te lo hace Calibre, que Om y sus sagrados cuernos le bendigan (para más información, buscar en google como se "despiojan" los libros).

Lo que toca mucho las narices es que a una persona que quiere comprar le toque hacer tanta faena, cuando si no quisiera pagar lo tendría facilísimo en Ciertas Páginas que No deben ser Nombradas en Voz Alta. Darle a "descargar" y au.

La tarifa de datos del teléfono móvil.

Resulta que la muy cabrona se me evaporaba en dos días a poco que me conectara al twitter. Era muy molesto, porque se ponía a "velocidad tortuga reumática" y no había forma de ver ni una foto ni nada. No me explicaba cómo desaparecía, incluso sin utilizar el teléfono. Pues resulta que manipulando el teléfono descubrí que existe un botoncito que permite desactivarla. Y que también se puede desactivar algo llamado "datos en segundo plano". Seguro que vosotros ya lo sabíais, pero yo no. Y me ha dado una alegría. Ahora la velocidad de mi conexión de datos dura todo el mes.

Y, por fin, para no cansaros mucho que es viernes, otro pequeño pero fastidioso problema: La caca de Keko. Lo he dejado hasta el final para que dejéis de leer si os da asquito.

Básicamente, el problema es que para recogerla utilizaba bolsas viejas de supermercado. Pero las bolsas viejas se acaban, y ahora a los supermercados les ha dado por ponerse peseteros ecologistas (o sea, cobran las bolsas, aunque siguen vendiendo productos envueltos en varios plásticos metidos en bandejas de polipropileno, que no son precisamente el material más ecológico del mundo) y no compensa llevarte una bolsa si no la necesitas de verdad. Los pañuelos de papel a veces se quedan pequeños, y no cierran herméticamente el "regalito", lo que puede hacer que las papeleras apesten (¿qué hacéis aún aquí?). En teoría, existen unas papeleras especiales para echar la caca del perro, donde se pueden conseguir bolsitas de plástico para que puedas recogerla. Pero las bolsitas, o se han gastado y no se han repuesto, o han sido hurtadas o simplemente nunca han estado allí, así que no se puede contar con ellas.

¿Cómo ser entonces un buen ciudadano cuando la cosa está tan difícil? En las tiendas de chinos tienen la solución: tres rollos de mini-bolsas de basura a un euro. Pueden llevarse en el bolsillo, te cabe toda la mano y puede cerrarse para echarla en la primera papelera disponible. Lo que no solucionan es la cara de tonto que se te queda recogiendo la caca de tu perro mientras ves  que alguien se ha dejado otra más grande que tu chucho al lado de la tuya.


Es que me lo traumatizan.

Próximamente, más desbarres. Recordad que cada vez queda menos para el estreno de la cuarta de Juego de Tronos. Id preparando el pesadómetro....

viernes, 7 de marzo de 2014

Cosas curiosas que se encuentra una.

¿Os acordáis de esta entrada?

Pues esta mañana, poniendo sellos en el expediente para otro trámite, me he encontrado con una frase que no puedo evitar compartir con vosotros mis lectores, porque hay genialidades que no deben permanecer en el olvido. Leed lo que pone la foto. Hasta el final:


¿Cabreo de algún historiador? ¿Troleo del redactor? ¿Lo sabremos alguna vez?

Solo sé que en una mañana bastante complicada, este señor (o esta señora) de identidad ignota me ha hecho soltar la carcajada.

¡Feliz fin de semana!

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...