martes, 28 de septiembre de 2010

¡Ayayayayay! (No, no es flamenco)

Lunes, primer día de Ritmefit. Tenía la bolsa de deporte preparada desde el domingo por la noche. He salido de casa media hora antes, para ir caminando tranquilamente, silbando, balanceando la bolsa y mirando las flores y los pajaritos...

Llego un cuarto de hora antes a la Sala Ritme. Me pongo las mallas, la camiseta y las zapatillas. Espero a que termine la clase que están dando y aparezcan mis posibles compañeras de suplicio. Espero. Y espero. Y al final, ya escamada, en cuanto termina la clase, le pregunto a la monitora si es ahí el Ritme-fit de las narices.

Pues sí, como estáis pensando, es en otro sitio. Meto la ropa a toda prisa en la bolsa de deporte, y en mallas, camiseta y zapatilla me dirijo al pabellón de al lado.

Ya en el vestuario, me doy cuenta de que me he olvidado los zapatos en el otro vestuario.

Llego tarde a la clase. Y bueno... mejor lo explico con imágenes:


 ¿Cómo es posible que no haya acertado ni un maldito paso de "step"? Bueno, supongo que mejoraré con la práctica.

Y de todas las duchas que había para elegir, he tenido que ponerme en la que peor mojaba.

¿Y mis zapatos? Ah, bueno, eso... He vuelto al vestuario con las chanclas de ducharme, he entrado a oscuras utilizando mi supersentido de la orientación y la luz de la calle y los he encontrado tanteando. Si esto hubiera sido una película de Dapena3, un guapísimo agente de Homicidios y mi mejor amiga ya estarían investigando el caso. Y luego acabarían liados y él resultaría ser el asesino.

Por cierto, creo que el viernes toca "spinning", ese atroz tormento que inventó Morgoth un día que le dolían las almorranas y le estaban saliendo todas las muelas del juicio al mismo tiempo.

Martes: Aigua-Gym...

Pero remontémonos al viernes anterior... cuando mi gorro de baño se rasgó de parte a parte y descubrí una extraña acumulación de "borra" y una incómoda transparencia en el pecho y la espalda de mi bañador. Ambas tenían la mosqueante forma de una plancha. Lo cual es muy misterioso porque a mí no se me ocurriría ni loca planchar un bañador, y Señorpadre nunca tocaría una plancha, no sea que le dé rampa o algo...

Por suerte, hay una tienda de deportes cerca de casa, así que me pillé un gorro nuevo superfácil de poner y un bañador de oferta (ventajas del final de temporada).

Y allí estaba yo, el martes a las 17:30, quejándome aún de las "abujetas" del día anterior, con mi flamante bañador y mi no menos flamante gorro.

Resulta que  la hora de Aigua-gym coincide con la de los cursillos de natación para los niños. Bien, señores organizadores, muy bien... Gritos, salpicaduras, masificación de "aiguagymeras" en dos calles chocando unas con otras, dos horas de espera para ducharse después mientras las solícitas mamás le lavan el pelo a la niña, se lo enjuagan, se lo vuelven a lavar, le ponen suavizante y la peinan (al próximo que se me queje de que ha bajado la natalidad le enviaré a darse un garbeo por esa piscina, a ver si después sigue creyendo que faltan niños) y la terrible humillación de ver que esos mocosos que no levantan dos palmos del suelo nadan mejor que yo.

¿Que cómo lo he hecho? Bueno, una imagen vale más que mil palabras:


Aunque creo que ella no habría absorbido media piscina por la nariz ni se hubiera comido las borlitas esas que separan una calle de otra, y seguro que estos bichos son capaces de ponerse a nadar por la derecha y no acabar pegándosela contra la pared de la izquierda. Y seguro que no habría estado a punto de perder el gorro de baño dos veces. La monitora ha acabado preguntándome si me encontraba bien...


Debería haber cogido natación para adultos.


Luego, visita a Malvadadietista. ¡Buenas noticias! He perdido trescientos gramos, centímetro y medio de cintura, tres centímetros de barriga y tres más de contorno de piernas. Si sigo así, en Navidad tendré solo sobrepeso moderado.


Por cierto, ¿el ibuprofeno alivia el dolor de las agujetas?

Actualización: ¡Otra buena noticia! Un nuevo vídeo sobre la producción de "Juego de tronos". No destripa nada del argumento, creo. Podéis mirarlo aquí

3 comentarios:

  1. ¿El ibuprofeno? No. En mis tiempos para las agujetas no había más que agua con azúcar. Ahora creo que se reducen bastante gracias a las bebidas con minerales (no me gustan. Saben raro) y especialmente, con batido de frutas (del hecho en casa).

    Creo que en la próxima actualización del código penal, incluirán tener que hacer cola con las mamás del vestuario como causa de "enajenación mental transitoria". Al menos ahora prohiben entrar con alimentos, porque sino aprovechaban para darle el yogurcito y el bocadillo a los nenes.

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  2. Lo único que quita las agujetas y la sensación de tener los músculos de plomo es más ejercicio, así te lo digo.

    Piensa, también, que cuando hayas reducido peso como para sentirte cómoda contigo misma (y no cargarte las rodillas) podrías salir a correr. Si, resulta muchas veces aburrido y hace falta tener una autodisciplina que es diferente a la de ir a las clases de esto y aquello pero acaba funcionando si te obligas.

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  3. Las bebidas con minerales son asquerosas. Y el otro día probé por pura curiosidad una bebida que han sacado con L-carnitina y tenía un sabor a sacarina realmente vomitivo. Así que, nada, tendré que ser más constante.
    Correr, lo que se dice correr, no se me da muy bien. Me gusta más ir en bicicleta (de verdad, no estática). Pero todos los días salgo a caminar, aunque solo sea para obligar a caminar a mi padre. El problema es que él va demasiado despacio, y mis músculos como que no se enteran.

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