lunes, 7 de marzo de 2011

Sábado sabadete

Hoy os voy a contar un secreto de estado. Pero que no se entere nadie.

¿Habéis cerrado puertas y ventanas, y os habéis asegurado de que no hay ningún espía acechando en el armario? ¿Sí?

Pues vale, allá va:

En los Ayuntamientos se trabaja los sábados por la mañana.

No todo el personal, claro. Solo está abierto el Registro de Entrada. Si tenéis que entregar una instancia y no tenéis tiempo durante la semana, podéis hacerlo el sábado de nueve a una. O si tenéis que recoger un documento para cualquier otra cosa, podéis decirle al que os lo haya tramitado que lo deje en registro para que os lo entreguen el sábado.

El Registro del sábado suele organizarse por turno rotatorio, de forma que todos los administrativos y auxiliares acaban tragándose al menos uno al año. En algunos ayuntamientos, si haces el Registro te dan un día libre extra, en este, te cuentan las cuatro horas de trabajo como seis, lo que va muy bien para el "saldo horario"... y fomenta el "tráfico de horas" cosa mala.

Os explicaré qué es eso del "saldo horario": se supone que mi jornada laboral es de siete horas. Si un día llego cinco minutos antes, tendré cinco minutos "positivos", si llego tarde los tendré en negativo.  Si una persona (no diré nombres, pero tiene un blog, coffcoffcoff) tiene la costumbre de salir a las tres menos diez para pillar el autobús, pierde diez minutos al día. Y la mejor forma para recuperarlos antes de ponerse "en negativo" es hacerse unos cuantos Registros sabatinos. Como hay gente que tiene hasta treinta o cuarenta horas positivas acumuladas (cabrones) y no les hacen falta más, suelen "trapichear" con ellas: "Oye, que no quiero hacer el sábado, ¿alguien lo quiere?" Y adivinad quién levanta siempre la manita...

El Registro del sábado es una de las experiencias más aburridas por las que puede pasar un funcionario (haceos una idea). Cuatro horas sentado, esperando a que venga alguien. Como la mayoría de la gente no sabe que esto existe, lo habitual es que solo vengan despistados que preguntan por una calle, o por el horario de la biblioteca. Así que es el día ideal para leer, estudiar, hacer sudokus, ver culebrones en tu mp4...

Pero a veces hay momentos francamente embarazosos.

Estaba yo un sábado hojeando el último número de PC Actual (sí, soy así de rarita) cuando entró un ancianito por  la puerta. Aquel estaba siendo un sábado bastante friki, ya que el policía que debía encargarse de protegerme en caso de invasión extraterrestre o algo, se estaba pasando la mañana viendo vídeos de propaganda de la Guardia Civil en youtube y proclamando su admiración por el cuerpo de operaciones especiales de la Benemérita, mientras atendía llamadas del tipo: "escoltisinyohome, que mi tele no funciona, ¡suban al Bartolo y hagan algo!" o "Hay un gato muerto delante de mi casa, ¡llamen al CSI!"

Como iba diciendo, entró un ancianito y se sentó ante mi con cara de circunstancias. Yo puse mi sonrisa de "Porfinunclientehurrahurrahurra" y le pregunté que deseaba.

-Pues mire usted, es que no me pagan.

-Si quiere presentar una instancia...

Y aquí el hombre se embaló a contarme una historia extrañísima sobre gente que entraba en su piso por la ventana sin pedirle permiso ni nada. Y que no le pagaban. Y que el patio de luces tararí tarará. Y que no le pagaban. Pero sin especificar quién no le pagaba o qué tenía que ver con nuestro Excelentísimo Ayuntamiento.

Y yo recordé que el viento dominante en esta zona es el Noroeste, concretamente el mistral, del que se dice que como mínimo transtorna un poquito a la gente...

Y tuvo lugar uno de esos momentos angustiosos en los que una persona se muere de ganas de reírse pero no se atreve por miedo a ofender al otro (la empleada de la limpieza me dijo luego que nunca había visto una cara de sufrimiento como la mía), y la risa contenida hace que se te salten las lágrimas y sientas como si te estuvieras atragantando.

Hasta que el hombre remató la historia:

-¡Todo es culpa de mi hermano y de su hija! ¡Se escapó con un rumano el día de su boda! ¡Y era fallera!




Imagináoslos agarraditos del brazo y huyendo juntos como al final de "El Graduado"...


¿Quién que no fuera Edd "El penas" podría haber contenido la risa ante semejante imagen? Me disculpé por reírme diciéndole la verdad al señor: que había tenido un flash de una fallera escapándose con Drácula y no había podido aguantarme. El hombre se rió también, estuvo un rato más contándome la historia de la fallera y el rumano (aunque no saqué nada en claro) y acabó marchándose, sin que hasta la fecha haya vuelto yo a saber si le han pagado o no le han pagado.

Y, sobre todo, si la fallera y el rumano fueron felices y comieron perdices, o la cosa terminó como la Boda Roja...

Por cierto, ¿qué creéis que estaba haciendo el héroe que debía protegerme de terroristas y demás gente de mal vivir mientras yo lidiaba con un ancianito evidentemente ido de la olla?

Sí, lo habéis adivinado: seguía viendo a sus héroes por youtube mientas murmuraba: "¡Qué hombres! ¡Son máquinas!"


2 comentarios:

  1. Como decían en Torchwood: ¡Los funcionarios no pueden trabajar el fin de semana! ¡¡Ellos inventaron los fines de semana!!

    En todo caso, curiosa aparición el sábado. Fijo que después de esto, ya puede pasar delante un conejo diciendo que llega tarde, y no te sorprende.

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  2. Por lo menos ese sábado no fue tan aburrido. Si ocurrieran cosas así los fines de semana, trabajar sería más que un gusto. (¡Ay! cómo me he reído)

    Saludos
    "chilena misteriosa" XD

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