sábado, 26 de marzo de 2011

En Jaume y Na Violant

Ayer comenzaron en Castellón las fiestas de la Magdalena, que conmemoran el traslado de la ciudad desde el primitivo castillo en lo alto de la colina que ahora se llama de la Magdalena y que en el Siglo XIII no creo que tuviera nombre, hasta la llanura donde pudo crecer y desarrollarse sin más problemas que la malaria, los piratas y algunos problemas territoriales con las poblaciones vecinas.

Y el traslado fue posible sobre todo gracias a una reina: Yolanda de Hungría (en valenciano Violant, y en castellano antiguo Violante. Sí, tenéis permiso para hacer el chiste).

Violant (utilizaré el nombre valenciano, que es por el que más se la conoce) fue la segunda esposa de Jaime I. Jaime se había casado por primera vez a los catorce años con Leonor de Castilla. En palabras de Jaime en el Llibre dels Feyts (sus memorias) "se divorciaron porque no se entendían", aunque la excusa oficial fue "parentesco". Curioso que, en ocho años que duró el matrimonio, no se dieron cuenta de que eran familia, pero en fin, allá van leyes do quieren reyes

Jaime y Leonor solo habían tenido un hijo, y como en aquellos tiempos la mortalidad infantil era alta y eso (de hecho, el susodicho hijo, llamado Alfonso, murió en 1260, dieciséis años antes que su padre), Jaime se dedicó a buscar novia para tener herederos de repuesto. Siempre según él, la única condición que puso fue que la elegida fuera hija de rey como había sido la primera. Aunque al final se casó con la que ofrecía mejor dote (pero nunca llegó a cobrarla): Violant, hija de Andrés II de Hungría y hermana nada menos que de Santa Cunegunda (sí, hay padres muy crueles).

La parejita. Los azulejos cuentan la historia del traslado de Castellón.


En aquel entonces, Jaime I ya había conquistado Mallorca y estaba en trámites de apoderarse de Valencia. De hecho, ya estaban en su poder las ciudades más importantes de lo que ahora es la provincia de Castellón. Pero los nobles aragoneses no acababan de verle la gracia al asunto, e insistían en volverse a casa. Así que el rey, en un alarde de chulería digno de Jack Bauer, sacó la espada y juró sobre el altar mayor de la catedral de Tarragona que no volvería a la orilla norte del Ebro hasta que no hubiera entrado triunfante en Valencia. Y para demostrar que la cosa iba en serio, mandó buscar a Violant, que estaba tan a gusto en Barcelona intentando aprender a pronunciar la e oberta y la o tancada, y a sus hijas. Y así fue como la hija del Rey de Hungría se tragó sin protestar el resto de la campaña de Valencia.

Jaime y Violant tuvieron nueve hijos según la wikipedia (en otras partes dice que fueron once), y aunque él nunca dejó de ligarse a cualquier mujer que se cruzase en su camino, apreciaba y respetaba mucho a su reina. En el "Llibre dels  Feyts" se pueden leer frases del estilo: "Y entonces le pregunté a la reina qué opinaba de aquello". No creo que muchos hombres del Siglo XIII les pidieran opinión a sus señoras.

Pero vamos al grano: la fundación de Castellón.

Quedamos en que allá por 1233, Jaime I había conquistado al menos media provincia de Castellón. Los nuevos habitantes vivían en el Castillo de Fadrell, en lo alto de La Magdalena. Y desde allí veían un montón de tierra sin aprovechar, y peor aún, de la que se iban a apoderar otros. Así que se pusieron en acción.

Y su forma de "ponerse en acción" fue hablar con la reina. Y tanto le debieron dar la lata a la pobre Violant que ella comenzó a dársela a su vez a Jaime hasta que éste, en 1251 (curiosamente, el mismo año en el que la reina murió de fiebres en Huesca) le dio permiso a su vasallo Ximén Pérez de Arenós para que trasladara la villa a cualquier lugar dentro del término. Era el tercer domingo de Cuaresma cuando los castellonenses cogieron todas sus cosas, ataron a los niños para que no se les perdieran por el camino y, con la ayuda de velas atadas a sus "gaiatos", bajaron en plena noche a La Plana y fundaron la ciudad. Y por eso ahora, todos los años en esa fecha hacen una romería para conmemorarlo, y luego toda una semana de fiestas.

Bueno, eso es lo que cuenta la leyenda. La historia dice que la ciudad llevaba fundada sin permiso desde 1248 y en la Magdalena quedaría algún despistado de esos que todo lo dejan para última hora.

Lo cierto es que desde entonces, los castellonenses guardan un buen recuerdo de la Reina Violant. Todos los años, la Germandad dels Cavallers de la Conquesta (una asociación cultural cuyos miembros salen en los desfiles de las fiestas vestidos de caballeros de Jaime I y que hasta hacen velas de armas en la Magdalena cada vez que hay un nuevo miembro) elige a una chica para representar a la reina durante todo el año, en una ceremonia a la que acude el Embajador de Hungría en España. También le eligen a una corte de damas de honor (aquí está la lista completa de las de este año, y aquí tenéis una foto de la Na Violant de este año). Naturalmente, todas son chicas "vinculadas al mundo de la fiesta" y con pasta gansa para pagarse los modelitos medievales (que aquí entre nosotros, son una preciosidad). Por cierto, ¿alguien más está pensando "cosplay"?

Si os apetece echarle una miradita, aquí está el manuscrito del "Llibre dels Fets", y aquí su traducción al castellano.

Y, si no pasa nada, mañana o pasado os hablaré del "Pregó" y "Les gaiates" (posiblemente la tradición más llamativa de estas fiestas).

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