lunes, 11 de octubre de 2010

Rescatando entradas o algo así: Laura

Esta entrada la publiqué en 2005 en mi espacio, pero como entonces no se podían integrar vídeos y yo era aún muy patosa con esto del "blogueo", destripé toda la película con fotos. Esta es una versión más cortita y casi sin spoilers (aunque no sé si se podrían considerar así, teniendo en cuenta que la película es de hace 66 años y la han emitido varias veces por la tele).

A veces salen listas de las mejores películas de la historia. A veces, leyéndolas, una tiene la impresión de que ni los críticos ni la gente saben que el cine ya existía antes de "El padrino" y "Blade Runner", a excepción de "Casablanca", claro, que queda muy feo decir que no la has visto o que no te gusta. Pero sí, señores, el cine existía ya a principios del siglo XX. Y entre los años 30 y 50, en Hollywood se hicieron auténticas maravillas en glorioso blanco y negro. Películas llenas de gángsters sádicos, rubias peligrosas, policías corruptos, tiroteos y detectives cínicos en gabardina. Se dio en llamarlas "cine negro". Y "Laura" es una de ellas.

Lo cual es curioso, porque en esta película no sale nada de lo anterior. En realidad, recuerda bastante a una historia de Agatha Christie. O a un episodio de "Se ha escrito un crimen" (a propósito, ¿cómo es posible que nadie descubriera nunca que la señorita Fletcher era una asesina en serie? ¿O solo a mí me parecía sospechoso que cada vez que la invitaban a algún sitio moría gente?) pero bien hecho y en blanco y negro.

"Laura" es una producción de la Fox, de 1944, dirigida por Otto Preminger y basada en una novela de Vera Caspary (que supongo que en su época y su país sería muy famosa). La interpretan Gene Tierney (la chica), Dana Andrews (el policía), Clifton Webb (el periodista cínico), y un sorprendentemente macizo Vincent Price antes de conocer a Roger Corman hace de novio singermornings de la chica. 

La historia parece sencillita, como he dicho. Una chica aparece asesinada en un apartamento de Nueva York. La víctima es identificada como Laura Hunt, joven ejecutiva de una empresa de publicidad. Y Mark McPherson (alias "el hombre de la tibia de plata") es encargado de investigar el crimen. A través del interrogatorio de los sospechosos, tanto Mac como nosotros vamos conociendo poco a poco a la chica.

En una versión moderna, Laura sería presentada como una "trepa" sin escrúpulos que utiliza a Waldo para ascender en su empleo y luego solo lo tiene de pagafantas, mientras se beneficia a todo macizorro que se le pone por delante, pero en esta versión (recordad, 1944, Código Hays...) nos la presentan como una chica estupenda. Sus amigos van a pedirle favores a cualquier hora del día o de la noche, su asistenta dice que trabajaría gratis para ella "porque es una auténtica señora".  Y aunque su vida sentimental es un tanto agitada, ninguno de sus ligues se queda a dormir con ella *cof-cof* censura *cof-cof*.  

Sin embargo, a mi siempre me da la impresión de que cambiando un par de frases (diciendo, por ejemplo, "mi móvil no tenía cobertura" en lugar de "tenía la radio estropeada") y el estilismo, no habría que tocar nada más para hacer una versión actual (aunque creo que yo no iría a verla).

Después de oír todos los testimonios, de que estemos todos ya tan fascinados con la víctima como Waldo y MacPherson, a los cincuenta minutos exactos de película, ocurre esto (fijaos en ese zoom adelante y atrás a la cara de Mac):

 

Sí, ahora puede que ya esté muy visto ese giro de guión (lo han copiado hasta la hartura en miles de películas posteriores, e incluso de series de la tele), pero a mí me sigue poniendo los pelos de punta la escena.

Total que la presunta víctima acaba convertida en sospechosa e interrogada, y si queréis saber si termina o no en una siniestra cárcel de mujeres con carceleras sádicas y demás, tendréis que verla. Está enterita en youtube, doblada o subtitulada, como os guste más, y si os gusta tanto como a mí, hace un par de años sacaron una edición especial de dos deuvedeses que puede que ahora esté a buen precio.

Un par de anécdotas curiosas: Gene Tierney no quería aceptar el papel. Decía que no le daba la gana interpretar a una muerta. Y su famoso retrato es en realidad una fotografía "trucada" para que parezca un cuadro.

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