viernes, 28 de enero de 2011

Jorge el Verde.

Después de leer esta entrada en el blog de Bichejo, no he podido evitar acordarme de un episodio especialmente delictivo de mi adolescencia. Durante unos meses, Mejoramigadelainfancia y yo acosamos a una inocente familia de desconocidos que resultaron ser los desafortunados titulares de un número de teléfono que nos habíamos inventado al azar.

En aquellos tiempos en los que aún no se había inventado el teléfono móvil, existían unos artilugios llamados "cabinas telefónicas", tal como esto:


Las cabinas telefónicas tenían un pequeño fallo técnico. Resulta que aunque no pusieras dinero, igual podías hablar durante un par de segundos a partir de que la persona a la que llamabas contestase. Normalmente, te daba tiempo a decir: "¡Hola! Soy..." antes de que se cortase. No sé si las que quedan aún lo harán, hace años que no utilizo una.

En aquellos tiempos, resulta que había también solo dos cadenas de televisión: la primera y "el UHF". Por el "UHF", los lunes por la noche se emitía un programa de cine cómico (creo que lo presentaba Chicho Ibáñez Serrador, pero en google no he encontrado nada, así que lo dejo en suspenso). En aquel programa se emitió una película inglesa que a mi pandilla nos hizo mucha gracia. Trataba de una banda de ladrones que querían robar las Joyas de la Corona, pero como no querían ir a la cárcel, trataban de hace creer a la Policía que solo lo hacían para ser famosos, y por eso se inventaban un personaje llamado "Jorge el Rojo" y se dedicaban a hacer barrabasadas para que él las reivindicara. Ni idea de cómo se llama la película ni de quién actuaba en ella o dirigía. 

El caso es que mis amigas y yo nos quedamos con la parte de las gamberradas, no con la de las Joyas de la Corona. Y para no ser menos, nos inventamos a Jorge el Verde.

Luego, a Mejoramigadelainfancia se le ocurrió "ponerle cara" a Jorge. Así que decidimos llamar así al primer chico con un jersey verde que viéramos aquella tarde al entrar en los futbolines.
Y luego acordamos que cada vez que le viéramos Y (ojo, esto es importante) llevase su jersey verde, llamaríamos por teléfono desde la cabina más cercana a un número que me inventé allí mismo y, sin poner dinero en la cabina, diríamos, en riguroso orden (tres llamadas en total):

"Jorge el Verde le saluda"

"Jorge el Verde ataca de nuevo"

"Jorge el Verde se despide"

Y así hasta la próxima vez que nos encontrásemos con Jorge el Verde.

La cosa era completamente aleatoria. Podían pasar semanas sin que viéramos a Jorge, o podíamos verle la misma semana el sábado y el domingo. Al final nos cansamos de fastidiar a aquella pobre gente que no entendía el chiste, así que acabamos pasando de Jorge el Verde. 

Mejoramigadelainfancia todavía ve a veces a Jorge el Verde y me lo cuenta. Yo ni siquiera me acuerdo de su cara. ¡Sic transit gloria mundi!





Bola extra: ¡Leed esto! ¡Es divertidísimo! (pero cuidado, spoilers de "Canción").

3 comentarios:

  1. Existe una familia española que en vez de en los Reyes Magos, Santa Claus o El Ratoncito Perez, cree en Jorge el Verde.

    Saludos.

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  2. ...Y esa pobre familia también cree que el tal Jorge es un psicópata fastidioso con la voz de una cría de trece años. Señora, si por casualidad está leyendo esto, le pedimos disculpas.

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  3. ''jorge el verde'' recuerdo a mi madre hablar de el...

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