viernes, 6 de mayo de 2011

Caga el rey y caga el papa...

Advertencia: esta entrada no es apta para personas sensibles y delicadas. Recordad que soy valenciana, y cuando nos ponemos, podemos ser muy burros, así que si seguís adelante, luego vais a Poblet a quejaros a Jaime I, ¿vale?

Además, la culpa es de LadyNi por escribir esta entrada.

¿Queda alguien ahí? Me parece oír grillitos...

Bueno, yo  a lo mío.

Corría el final de la primavera de 1975. En aquellos tiempos, desde el primero de junio hasta el fin de curso, los escolares teníamos clase solo por la mañana, y luego nos enviaban a casa, sin actividades extraescolares ni estas cosas que hacen ahora para que los niños estén aparcaditos y no molesten.

Como iba diciendo, era 1975, yo tenía unos siete años y hacía unos cuantos días que no podía comer. Vomitaba hasta la leche con Nesquick del desayuno.

Naturalmente, mi madre se preocupó, así que un día, en cuanto salí del cole, me llevó al médico. Allí se estuvo el hombre, palpándome la barriga un buen rato, y acabó haciéndome la pregunta:

-¿Cuánto hace que no vas al baño?

-Pues... no me acuerdo.

Así que el médico le dijo a mi madre que había que sacarme "aquello" de dentro "como fuera" y me recetó un par de lavativas.

Mi madre tendió una manta en el suelo del baño, me hizo acostar en la posición indicada en el prospecto y procedió a la administración del remedio.

Me pase una hora allí acostada mirando las musarañas (que por aquel entonces, aún creía que eran animales mitológicos).

-¿Aún no?

-No.

Una hora más tarde, me fue administrada la segunda dosis.

Otra hora más. Se acercaba la hora de cenar, y mi madre necesitaba algo del súper. Así que recurrió a lo que recurrían las madres de entonces:

-Hijitaquerida, ponte algo y baja al súper a comprarme todo lo que está escrito en esta lista.

Así que me puse un camisón, cogí el papel y el dinero y bajé al super.

El "súper" era en realidad una tiendecita de barrio atendida en persona por su dueña, la típica señora que conoce a todo el mundo de toda la vida, y estaba situado en la esquina de mi casa. Y yo tenía que bajar seis pisos a pie, porque en el ascensor había un papelito diciendo que no podíamos utilizarlo los menores de catorce años sin compañía de un adulto, y entonces a esas cosas se les hacía caso.

Pero yo tenía siete años, y a esa edad una no se limita a bajar las escaleras. Las baja a saltos, de dos en dos y a veces haciendo carreras con el ascensor.

Recordad que en mi intestino grueso había varios días de mierda acumulada y dos lavativas cuyo objetivo era librarme de ella.

Bueno... ¿os estáis imaginando lo que ocurrió?

Me hallaba a medio camino de la tienda cuando no pude evitar dejar caer aquello.

Aquello no era una simple caca, ñordo o mojón. Era un menhir, el Obelisco de Hatsepsut, la Torre Eiffel, el Empire State de las cacas, ñordos y mojones. En sus sueños, las cacas, ñordos y mojones aspiran a ser aquello. Cientos de miles de cacas, ñordos y mojones alrededor de sus hogueras en  campamentos de verano hablan con reverencia de aquello.

No recuerdo si hizo "Pop", pero sí que luego "no hubo stop". Miles de cagarrutas estilo caprino le siguieron, y dejaron un rastro de mi paso por la acera hasta la tienda, donde entré como una carga de caball... de cabrería.

-¡Señora María (nombre supuesto, naturalmente)! ¿dónde está el water?, ¡que me cago!

-Oye, no gastes bromas.

-¡No es una broma, esto es muy serio!

Convencida, la señora me dejó entrar en el wáter de la tienda. Y una hora después llamó por teléfono a mi abuela (nosotros no teníamos teléfono en casa) para decirle que no se preocupara por mí, que estaba allí en su baño deshaciéndome de lo que me sobraba.

Pero la historia no terminó así. Porque las cagarrutas desaparecieron rápidamente, pero EL mojón continuó allí dos o tres días (en aquellos tiempos, la limpieza viaria no era tan concienzuda como ahora). Las ancianitas se asustaban al verlo, los niños lo pateaban como a una lata de refresco vacía, mi familia fingía no verlo cuando pasaban cerca de él. Cayó a la calzada, y cuando un coche lo pisaba, en lugar de aplastarse, rebotaba contra el bordillo de la acera, hasta que en una de esas ocasiones acertó contra la entrada de una alcantarilla e inició su viaje hacia el mar.

Donde es posible que todavía esté jugando con los delfines. Y con las merluzas que tú te comes.

Y ahora sí que me temo que mis lectores han perdido el poco respeto que pudieran sentir por mí. En fin, más se perdió en Cuba.

8 comentarios:

  1. xD xD Eso me recuerda a una historia que... algún día te contaré cómo nací... cuando mi madre me dé permiso xD xD

    ResponderEliminar
  2. Jesús, ¿qué habías comido para hacer semejante tapón? Con siete años sería imposible que fuera provocado por el stress (hoy sí, visto que los niños tienen una agenda más apretada que la de un ejecutivo japonés).

    ResponderEliminar
  3. A partir de ahora me temo que te van a rebautizar, vas a ser doña troncomóvil...XDXDXD

    ResponderEliminar
  4. Ni: Oh-oh... tu madre no sería una de esas mujeres a las que el médico les dice lo de "son gases", ¿verdad? XD.

    Renaissance: Pues no tengo ni idea, creo que debe ser algo de nacimiento, porque también recuerdo por aquellas fechas otro incidente en el que estuvo implicada una de mis abuelas y sus horquillas para el pelo. ¿Cómo era aquello? ¿Dame un punto de apoyo y moveré el mundo? Pos eso.

    Gorth: Genial, ahora me acuerdo de un episodio de los Simpsons: "es mi tronco, es nuestro tronco..." XD.

    Y acabo de reparar en que cuando puse el widget de "reacciones" en el blog, una de las opciones es "caca". ¿Predestinación?

    ResponderEliminar
  5. Voy a compartir esto YA en el Buzz!!

    ResponderEliminar
  6. ¡Glups! Me temo que voy camino de convertirme en un meme.

    ResponderEliminar
  7. estoty llotando de risa qy no veo lo que esc riboooo XDDDDDDDDDDd

    ResponderEliminar
  8. ¿Cómo he podido saltarme ESTA entrada? Gracias a Jez por... distribuirla...

    ResponderEliminar

¡Dejadme un comentario o se os llevarán los Otros!

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...