Malas noticias

Vale, comencemos por el principio.

Ayer tenía cita con la enfermera para ponerme la vacuna contra el tétanos y que me diera una dieta a ver si desaparecen esas malditas trasnaminasas (y si algunas lorzas se pierden por el camino, para mí mejor).

Bueno, pues resulta que no era la misma persona quien debía ponerme a dieta y quien debía pincharme, y ya era demasiado tarde para el pinchazo. O no me lo habían explicado bien o yo lo había entendido mal. El caso es que mi vacuna se aplaza hasta el mes que viene. Bueno, si he esperado veinte años, no creo que vaya a pasarme nada por un mes. Procuraré no cortarme con ningún folio ni pisar ninguna chincheta.

La dieta es una de esas de mil doscientas calorías, con menús muy variaditos y todo medido y pesado. Voy a pasar más hambre que Carpanta, pero tengo que ser valiente, que se empieza por unas trasnaminasas de nada y se termina diabética perdida como el resto de mi familia.

Pero lo peor estaba por llegar. Cuando volví a casa, resulta que Bolita Segundo había muerto. Por la mañana le había dado su ración de galletas, y parecía encontrarse muy sano. Pero se ve que no cerré bien la puerta de la jaula y se escapó. Señorpadre, al ver la jaula vacía, pensó que el bicho se había muerto por la noche y yo me había deshecho del cadáver, así que no había pensado en buscarlo. Encontramos el cadáver debajo de la mesa. Supongo que se mató al caer de la mesa (aún no volaba bien). Me da mucha pena porque ya estaba pensando en cómo amaestrarlo, pero, como dice el Hombre del Sombrero, este es el destino que reserva la Madre Naturaleza para los pajaritos que se caen de los nidos. Yo solo le di un día más de vida.

Y encima, resulta que soy suplente del segundo vocal de una mesa electoral, y voy a tener que levantarme a las siete de la mañana un domingo, para estar allí a la puerta a las ocho. Espero que el hombre aparezca y no tenga que ser necesaria mi presencia. Este será el año que más pronto vote en mi vida. Si solo supiera a quién...

Al menos la AEMT dice que hará buen tiempo este fin de semana. El que no se consuela es porque no quiere.

Actualizo: Mi teléfono móvil también acaba de morir. De una caída en el WC. Sí, en el agua. Estoy intentando resucitarlo, pero me temo que voy a acabar teniendo que comprarme otro. Aprovecharé para agenciarme un smartphone.