martes, 9 de noviembre de 2010

Rescatando entradas 9: Lo que se aprende en los libros.

Publicada originalmente el 23 de octubre de 2006.
Vagaba yo un día por Babel haciendo tiempo hasta la hora de entrar en la Academia, cuando mis ojillos recayeron en un ejemplar de "Los viajes de Tuf", de George Lannister... esto... R.R. Martin (no sé en qué estaría yo pensando) a cinco euros. Naturalmente, el librito fue a parar a mi bolso, previo pase por caja.

El argumento de "Los viajes de Tuf" es muy sencillo. Por medios que se relatan en el primer capítulo Haviland Tuf consigue una supernave espacial con la que se dedica a viajar por el universo solucionando los problemas medioambientales de los planetas de formas bastante curiosas. Tuf es (cito la contraportada) "de gran tamaño, obeso, calvo y con la piel blanca como el hueso" (vamos, una mezcla del propio Martin, Syrio Forel y Roose Bolton) "vegetariano, bebe montones de cerveza, come demasiado y le encantan los gatos" (sospecho que aquí, lo único que no encaja con Martin es el primer adjetivo). Toda la obra está llena de un curioso sentido del humor, sobre todo en los solemnes parlamentos de Tuf, todo un filósofo del espacio.

Pero hay algo que me ha llamado la atención tanto como para escribir esta entrada. Se trata de esta escena. Tuf está tratando de solucionar los problemas alimenticios del superpoblado planeta S'utlam:

Las bestias de carne, como la aquí representada, se encuentran entre los triunfos más notables de la ingeniería genética. Con excepción de un pequeño núcleo, dichas criaturas son una masa indiferenciada de células en perpetua reproducción y en ellas no hay ningún desperdicio de masa corporal como el representado por rasgos no esenciales. No pueden moverse, carecen de nervios y también de órganos sensoriales. Si se decidiera utilizar una metáfora para referirse a ellas, la más adecuada sería la de cánceres gigantes comestibles.


¿Qué opináis? ¿Martin ha reciclado una leyenda urbana o quien fuera que se la inventó había leído "Los viajes de Tuf" y se lo había creído? ¿No es siempre fascinante la relación entre folklore y literatura? Pensad en ello, amigüitos.

Pero esta entrada tiene una continuación. En ella apareció mi primer (y de momento único, cruzo los dedos) "hoygan" (por cierto, también hay unos cuantos en la entrada de blog que enlazo). Un chico con una ortografía tirando a decente pero con graves problemas de comprensión lectora me dejó este comentario:
"Oye es muy interesante pero me gustaria que me mandaras unas fotos a mi correo de las bestias de carne. correodelchico@hotmail.com"

Me parece que debería haberle enviado una foto mía en bañador...


2 comentarios:

  1. Martin no sé si conseguirá terminar Canción de Hielo y fuego, pero al menos deja detrás de sí libros bastante buenos.

    Lo de los engendros creados por MacDonals tiene su gracia cuando se conoce un poco la empresa: ¡son los reyes de la disminución de costes! Jamás invertirían en un proyecto de investigación y desarrollo para crear monstruos de carne cuando pueden seguir usando vacas.

    ResponderEliminar
  2. Ah, las vacas mutantes de McDonalds, mi primera leyenda urbana chispas de la universidad... Tampoco me la creí pero era peor: creía que un título universitario me aseguraría un futuro. XD

    ResponderEliminar

¡Dejadme un comentario o se os llevarán los Otros!

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...