No me convierto en una psicópata esquizo-paranoide cuando tiene que venirme la regla.
Prefiero llevar zapatos cómodos aunque los incómodos sean más bonitos.
Las joyas me parecen unos trastos inútiles y molestos (si algún millonario quiere conquistar mi corazón, prefiero un i-pad a un collar de diamantes, gracias).
Nunca he oído el tic-tac de mi reloj biológico. El principal sentimiento que suelen provocar los niños en mí es alivio porque sean de otra persona.
No me preocupa que me vayan a salir arrugas o canas. Incluso, si veo que me sientan medianamente bien, voy a pasar de teñírmelas.
Un par de veces he intentado utilizar cosméticos y cremitas. A los dos días me olvido.
No llamo por teléfono a la gente "solo para charlar".
Normalmente, cuando entro en una tienda de ropa ya sé lo que quiero comprarme.
Me gusta comer.
No tengo memoria fotográfica para las caras, los nombres y las fechas megaimportantes (dice un proverbio chino que más vale lápiz corto que memoria larga).
No tengo un detector de suciedad y desorden incorporado. En realidad, mi habitación tiende peligrosamente a la entropía.
No tengo memoria fotográfica para las caras, los nombres y las fechas megaimportantes (dice un proverbio chino que más vale lápiz corto que memoria larga).
No tengo un detector de suciedad y desorden incorporado. En realidad, mi habitación tiende peligrosamente a la entropía.
Nunca le preguntaría a nadie si estoy o no gorda. Tengo báscula y espejo. Y cuando digo que me sobran diez kilos es verdad. Si estoy a dieta es porque sé lo que se siente cuando pesas casi cien kilos. En cuatro palabras: dolor de pies. Mucho.
Y, sobre todo, sobre todo, sobre todo, comienzo a sospechar que en realidad soy un hombre porque he aplaudido con las orejas al leer esto.
Vale que es para sentirse molesta que los cerebritos de Antena 3 piensen que "programación para hombres" son series de acción decentes tirando a buenas y "programación para mujeres" los más horribles culebrones sudamericanos y los más espeluznantes telefilmes usamericanos "basados en hechos reales".
Pero...
¡Vuelve ÉL!
¿Adivináis quién estará sentadita delante de la tele si la emiten a una hora decente? ¿O quién programará su vídeo para verla al día siguiente si la ponen a las tres de la mañana?
Ahora solo espero que se comporten y la den del principio al final sin saltarse capítulos, ni cambiarlos de orden ni cosas raras.
Del nuevo canal de Antena 3 me acabo de enterar aquí (¡y no van a emitir capítulos de los Simpson! ¡Reina el Caos!) y sí, la idea que se suele tener de programación "para mujeres", ejemplificada en Nova, deja bastante que desear..
ResponderEliminarEn fin, yo también me posiciono: ¡Botas Martins al poder y que zurzan a los Manolos!