viernes, 6 de abril de 2012

No gana una para disgustos

¡Ha llegado la primavera!

Vale, seguro que ya estáis enterados de eso, pero la primavera significa algo más que días más largos y ataques alérgicos.

Sí, lo habéis adivinado... ¡Es temporada de espárragos!

Así que allá hemos ido, Señorpadre y yo, en busca de esos deliciosos brotes, esta tarde.

Y me he llevado el primer disgusto. Algún desaprensivo, al que ojalá le cague un vencejo en el pelo y no pueda lavárselo, ha destruido aquel nido tan curioso que encontré hace dos años. Supongo que sus propietarios aún no estarían dentro, y que esto solo les causará la molestia de tener que volver a construirlo (las golondrinas son muy cabezonas). Pero no deja de ser una maldad gratuita. ¿En qué les molestaba el nido, si debe hacer como veinte años que nadie ocupa esa casa?

Pero eso no ha sido lo peor. Porque hace unos años heredé de mi abuelo la sexta parte de un terrenito rústico. Es tan rústico que aún debe haber perdido por allí algún soldado de Napoleón que no sabe que la Guerra de la Independencia ha terminado. Pues nos hemos acercado a ver los desperfectos del último robo de metal que ha sufrido el maset, y nos hemos encontrado que, aparte de llevarse las rejas de las ventanas, la puerta de la cisterna y, naturalmente, el generador eléctrico, los ladrones celebraron allí la Navidad (había una maleta llena de comida que caducaba el 28 de diciembre) y parece que hayan estado realizando ritos satánicos. O a ver si no, cómo se explica que en el cuartito donde hasta que lo robaron estaba el generador eléctrico nos encontrásemos con esto:



Evidentemente, robaron unos corderos y supongo que se los cenaron, pero ¿por qué guardar los huesos? ¿Habrá un mercado para el tráfico de huesos de cordero? Llamadme malpensada si queréis, pero yo apuesto por la tesis satánica. Voy a tener que volver con sal, agua bendita y una bola para derribar el maset, cojonesyaconlatontería...

Ah, por cierto, sí, hemos cogido muuuchos espárragos. Mañana me los cenaré con mayonesa.

6 comentarios:

  1. Ni sal ni agua bendita, una escopeta de postas bien cargada con sal.
    Y a los que destruyeron el nido, escopetazo donde más les duela...¡Sí, ahí!
    ¡MUAC!

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    1. Ganas no me faltan. Creo que voy a investigar si sería posible ponerle una verja electrificada o algo.

      Y los del nido, pensando en frío igual se creyeron que el nido era de avispas alfareras. ¡Pero no les costaba nada informarse antes de romperlo!

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  2. Me encuentro ese panorama en mi casa del pueblo, y llamo al padre Karras. Por suerte, hay vecinos y vamos regularmente por allí. Aunque debería planterme ir más y plantar unos esparraguillos en el terreno, que me gustan mucho.

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    1. Ese es el problema, que el vecino más cercano se murió y ahora no hay nadie en kilómetros a la redonda. Y si pasa algún excursionista por allí y ve a alguien, no se va a parar a preguntarle si es el dueño.

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  3. Vaya, qué jodida es la gente, ¿por qué cargarse un nido? :(
    Y lo de robar y lo de los huesos, da mucho yuyu. Hay mucho cabrón por ahí suelto con mucho tiempo libre y ganas de joder al prójimo ¿no?

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    1. Los robos de metal se están convirtiendo en una plaga. Han llegado a robar tapas de alcantarilla en pleno centro de la ciudad, y el cable de la catenaria del Cercanías, con eso lo digo todo. Ahora, a lo de guardar los huesos después de comerse el cordero, no le encuentro ninguna explicación razonable.

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