El domingo tuve que hacer frente a una de esas dudas trascendentales a las que alguna vez tiene que enfrentarse todo ser humano. ¿Iba a la feria medieval o me quedaba en casa planchando la montaña de ropa que tenía sobre la cama?
Estooo... Os imagináis lo que acabé eligiendo, ¿verdad?
La grabación está hecha con mi aparatito de mp4, que resulta que incluye grabador de vídeo y todo, pero la estabilidad es bastante defectuosa. Y no tiene zoom. En fin, nada es perfecto.
Aquí tenéis una representación de marionetas que haría las delicias de la gente de los Siete Reinos:
Sí, lo sé, son todos unos perroflautas y la cosa no tiene el menor rigor histórico, pero a mí me siguen pareciendo divertidas. Y el embutido está muy bueno.
Sí, lo sé, son todos unos perroflautas y la cosa no tiene el menor rigor histórico, pero a mí me siguen pareciendo divertidas. Y el embutido está muy bueno.
La decisión estaba fácil, y en el peor de los casos, siempre se puede recordar eso de La arruga es Bella.
ResponderEliminarYo descubrí el rigor de las ferias medievales cuando en un puesto vendían garrapiñadas y gominolas artesanas.