Despertó desorientado. No podía recordar cómo había llegado a aquel lugar, ni por qué.
Para empezar, ni siquiera sabía qué lugar era aquél.
Un horrible aullido estremeció la noche. Presa del pánico, con su corazón (por supuesto que era su corazón, se dijo, no iba a ser el del vecino de enfrente, fuera quien fuera y estuviera donde estuviera "enfrente") latiendo a velocidades ultrasónicas, echó a correr.
Una espesa niebla le envolvió. Parecía brotar de la tierra, del cielo y de todas las partes al mismo tiempo. La luna, gibosa, cornuda y sangrienta, asomaba de vez en cuando entre las nubes dándole un aire más tétrico si cabe a todo.
Oyó el inconfundible sonido de pasos que le seguían. Era el ruido de unas patas pesadas, enormes, de largas uñas que rascaban el suelo. Trató de correr más deprisa aún, pero algo parecía pegarle los pies al suelo. Horribles garras le rozaban los tobillos con la intención de agarrárselos, quién sabe con qué pérfidos fines.
El jadeo de sus perseguidores estaba cada vez más cerca. ¡Iban a alcanzarle!
Y entonces, tropezó y cayó de bruces sobre algo duro y frío. Un (¿in?) oportuno rayo de luna iluminó la escena.
¡Había caído sobre una tumba!
No debía, sabía que no debía hacerlo, pero no pudo evitar mirar la lápida.
Allí estaba, ¡Oh, horror! ¡Oh abominación! ¡Era su nombre! ¡Sobre dos fechas!
Y eso no era lo peor. Lo que le hizo gritar, con la desesperación de cien mil almas condenadas torturadas en el infierno sin posibilidad de rescate ni salvación, lo que hizo que prefiriera volverse y enfrentarse a los Sabuesos Infernales antes que seguir viendo semejante aberración, era que el nombre y las dos fechas....
¡Estaban escritos en comic sans-serif!
PD: He modificado un poco el relato siguiendo los consejos de los amables foreros de "El multiverso". Como todavía creo que es algo manifiestamente mejorable, si alguien tiene alguna otra sugerencia que hacer para conseguirlo, puede ponerla en los comentarios.
JAJAJAJAJAJAJAAAAAAAAA ÑORRRFFF!!!
ResponderEliminarVale, mi comentario es absurdo. Pero tu también.
Vale, ¿y si te digo que en el cementerio de la ciudad existe esa tumba? (bueno, en realidad un nicho) A ver si un día tengo tiempo de pasarme por allí y hacerle una foto para demostrarlo.
ResponderEliminarPensaba que no había nada peor que que te enterraran debajo de un enorme corazón de mármol. Luego vi un enorme corazón de mármol en el que ponía "Olvidarte es, imposible", y pensé que no había nada peor que que te enterraran debajo de un enorme corazón de mármol con faltas. Tú me has hecho ver que siempre puede ser peor.
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