domingo, 28 de octubre de 2012

Pesadilla en mi cocina

Primero fueron las anguilas zombies.

Luego llegó la vitrocerámica suicida.

Seguimos con el armario asesino...

Y por fin, la mayor de las catástrofes cayó sobre mi cocina.

Señorpadre y su máquina taladradora.


Vale, vale, estoy exagerando pero tenía que llamar vuestra atención.

Todo comenzó un jueves por la tarde, cuando volví del trabajo. Señorpadre, todo alarmado (solo le faltaba correr en círculos agitando los bracitos), me dijo:

-¿Sabes que el armario de arriba a la izquierda se está cayendo?

-Sí, te lo dije hace dos meses...

-¡Tienes que recordarme esas cosas! ¡Tenemos que arreglarlo ahora mismo! ¡Antes de que se me... digo te caiga en la cabeza! ¡Vacíalo ahora mismo!

Así que después de la siesta pasé una tarde muy "agradable" (coffcoffcoff) vaciando los dos armarios (el que se debía arreglar y el que había al lado) de comida, platos, vasos y demás adminículos que tenía allí metidos, y depositando dichos adminículos en la mesa de la cocina.

Al día siguiente por la tarde, Señorpadre comenzó el arreglo. Primero, limpió la sustancia con la que el armario en cuestión estaba pegado al techo. La sustancia en cuestión era silicona. Los muy incompetentes habían pegado un armario al techo con silicona. Me dieron ganas de ir a buscar a quien hubiera instalado los malditos armarios, agarrarle del cogote y restregarle la nariz allí como si se hubiera cagado en la alfombra del comedor... Maldiciendo y con la ayuda de mi cuchillo de cocina favorito, Señorpadre arrancó toda la que pudo alcanzar. Luego, mientras yo le alumbraba con una lámpara estilo minero, aseguró el armario al techo atornillando a él unas escuadras de acero inoxidable con la ayuda de su máquina taladradora y su destornillador sónico. El único problema de esto es que Señorpadre solo ve por un ojo, y por consiguiente su visión tridimensional es nula. Con lo cual, prácticamente tuve que meterle el destornillador en la ranura de los tornillos...

Pero lo más emocionante estaba por llegar. Porque al día siguiente de arreglar los armarios, estaba tan crecido que decidió solucionar el eterno atasco del fregadero.

-¡Voy a hacer un agujero en la pared y conectaremos el desagüe del fregadero de la cocina con el de la galería!

-Estoooo... Sabes que en el desagüe de la galería es donde desagua la lavadora, ¿no?

-¡Pero la cañería traga!

Así que al día siguiente, nos dispusimos a agujerear la pared de la galería en dirección a la cocina para pasar el tubo. Mi función era la de ayudante, y básicamente consistía en pasarle a Señorpadre las llaves, destornilladores y aparatos similares... y luego ayudarle a levantarse del suelo cuando terminó la tarea.

-Bueno, mañana iré a ver si encuentro material para terminarlo, y... ah, sí, tú harás los agujeros desde el otro lado, que yo no quepo dentro de ese armario.

-¡¡¡¡¡¡¡¡¿LO CUALO?!!!!!!!!

Ya me había despedido yo de mis amigos de la hora del almuerzo, con la frase: "Si mañana no vengo, es que me he atravesado la mano con el taladro", y estaba preparada para cualquier cosa.


Pero tuve suerte, pues Señorpadre, al no haber encontrado el material que buscaba, había ido a preguntarle a un fontanero para ver si él lo tenía. Y el fontanero, al oír el problema, se rió y le dijo:

-¡Pero si yo tengo una máquina que te arregla eso enseguida! Mañana a las nueve estoy en tu casa.

La máquina en cuestión es un pequeño martillo neumático situado al final de un tubo por el que sale agua para enfriarlo mientras pica, y pica y pica el atasco hasta deshacerlo lo suficiente como para que se haga un agujero. Luego se echa ácido sulfúrico al noventa y muchos de concentración y... ¡tachán! Atasco desaparecido.

El fontanero apareció puntualmente a las nueve. Se iba a las once y media. En el albarán hay frases como: "Desembozar desagüe fregadero de la cocina, que el cliente ha puesto de todo" (el "le hemos puesto de todo" fue la respuesta de Señorpadre cuando el fontanero preguntó: "¿Le habéis echado sosa cáustica?"). Y mi favorita: "Estaba muy complicado de reparar, estaba como una piedra".

Aunque supongo que se me irá la risa cuando vea la factura de verdad:


En fin, que al menos ahora puedo fregar los platos tranquila, sin tener que achicar el agua con el cazo y meterla en un cubo para echarla por el fregadero de la galería. Seré muchos euros más pobre, pero me he librado de eso.

Siempre hay que buscar el lado positivo de las cosas.

2 comentarios:

  1. Hay que reconocer que lo del armario sujeto con silicona es una novedad en el mundo de las chapuzas..y lo dice alguien que vivió diez años con la bañera puesta encima de unas vigas medio podridas (si nadie acabó en el bar de abajo con el lavatorio incluido, fue porque Dios no lo quiso).

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    1. Y eso que es un piso de antes de la Gran Burbuja. No quiero ni imaginar lo que estará pasando en esos pisos modernos hechos con paredes de Pladur...

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