lunes, 6 de mayo de 2013

El (no tan) misterioso caso del perro y el adosado

Debía ser por finales del año 2003 cuando Señorpadre decidió que le podía la morriña y volvimos al pueblo. Compramos un pisito en un barrio que siempre me había gustado (entonces la burbuja aún no se había hinchado tanto y el precio fue bastante razonable) y nos mudamos.

Un par de meses después, me tocó presidir la Comunidad de Propietarios. Y entonces me vi implicada en una demanda contra el Ayuntamiento a causa de unas filtraciones de agua en el garage del sótano, provocadas porque el susodicho Ayuntamiento no se había molestado en hacer un alcantarillado decente, y el constructor no se había molestado en exigirlo... Larga historia.

Señorpadre comenzó a despotricar y a decir que lo que deberíamos haber comprado era un adosado y así no tendríamos problemas con las Comunidades de Propietarios, ni con las filtraciones en el sótano ni con la madre que los parió a todos, y que podríamos tener un jardín donde tener un perrito...

Como podéis imaginar, al oír eso, levanté las orejitas y si hubiera tenido rabo, lo habría movido.

Así que comencé mi buceo por las procelosas aguas de "la internete", en busca de un "endosado".

Y he aprendido varias cosas: puede que la burbuja inmobiliaria se haya deshinchado, pero no en mi santa ciudad. Y menos aún, en los adosados.

Tenía clara una cosa: no me iba a endeudar por un capricho, y menos tal como están las cosas así que el precio del inmueble en cuestión debía ser igual o inferior a mis ahorros.

Conclusión: lo que me gusta y reúne las condiciones que yo deseo (cochera y jardincito) tiene un precio que no puedo permitirme.

Cuando puedo permitírmelo, la casa:
a) Está en el quinto pino. Entendiendo "quinto pino" como "barrio más allá de las afueras, casi en medio de los huertos".
b) Es "a reformar". Donde "a reformar" significa: "derribarla y construirla de nuevo".
c) Las dos anteriores.

Finalmente, hace como un mes, encontré algo que parecía apropiado. Llamé a la inmobiliaria donde lo anunciaban y concerté una cita para visitarlo.

Primer chasco: las palabras "cerca de la Estación" significaban: "en un callejón sin salida infecto, donde no da el sol en todo el día y un martes por la tarde todavía quedan restos del botellón del fin de semana. Y un colchón tirado en un antiguo reguero"...

Segundo chasco: Espacioso sí que era el adosado, no digo que no, pero la "terraza" era un patio de luces poco más grande que mi galería. Y había escaleras por todas partes. Con peldaños del tamaño del Everest. Totalmente inapropiado para Señorpadre.

De modo que volvimos a casa con las orejas gachas.

Y, curiosamente, el viernes pasado, Señorpadre me soltó de sopetón que oye, que paso del adosado, que si no es una vivienda con una sola planta, él no puede soportar tanta escalera.

En realidad, es lo más razonable. Solo somos dos personas y tampoco necesitamos tanto espacio. Tanto subir y bajar escaleras es demasiado agotador, y además, cualquiera que vea las noticias se dará cuenta de que los ladrones de viviendas, sobre todo los más violentos y que atacan cuando la familia está en casa, prefieren robar en villas o adosados que en Comunidades de Vecinos. Más que nada porque si yo oigo a mi vecino levantándose a mear a medianoche, es razonable pensar que mi vecino oiría a una banda de albanokosovares torturándome para que les dijera dónde está Beric Dondarrion, y llamaría a la policía aunque solo fuera para que me hicieran callar.

Pero... estaba el asunto del perro.

Así que le dije: "Entonces, ¿renunciamos al chucho?"  Y para mi sorpresa, me dijo que no. Que si me comprometo a pasar el aspirador todos los días, podríamos tener un perro.

Y ahora estoy de nuevo buceando por las procelosas aguas de la red buscando un animalito que reúna mis requisitos: tamaño mediano o pequeño, que no suelte mucho pelo y carácter tranquilo, que no quiero que Señorpadre termine por los suelos cuando lo saque a pasear.

Por su parte, Señorpadre solo pide un requisito: que sea como este:


Así que me he encontrado con la desoladora realidad de que al escribir en google "bretones en adopción" me salen un montón de resultados (para gran asombro de Señorpadre, que no es capaz de imaginarse que haya gente capaz de abandonar precisamente a un bretón, yo simplemente flipo con que haya gente capaz de abandonar, a secas). Limitándome a protectoras cerca de casa, me salen al menos cinco candidatos a ser mi futuro perro.

Seguiré informando. Esto promete ser divertido.


1 comentario:

  1. Es una buena idea...tanto lo de no meterse a una casa "a reformar" (acaba saliendo más barato comprarse un terreno y hacerse una casa. Tanto en dinero como en disgustos), como lo del perro ¡Queremos más noticias!

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