martes, 31 de enero de 2017

¡¡Sobreviví!!

La vida tiene casualidades increíbles. Después de publicar la entrada sobre la Gran Nevada de 1946, resulta que nos hemos visto en una que parece la hija bastarda psicópata de la Pantanada del 82 y la Helada del 83. Ha sido como vivir una peli de catástrofes en directo.

Comenzó haciendo un frío de esos que traen los grajos cuando vuelan bajo el miércoles 18. Tuve que salir de casa con la cabeza envuelta en la bufanda, para taparme bien la nariz y las orejas. Parecía una ninja gafotas.

El jueves a media mañana comenzó a llover.

Y llovió.

Y llovió.

El viernes por la mañana, Keko se negó a salir de casa para hacer sus cosas. Al final acabé paseándolo por debajo de las terrazas para que al menos hiciera pipí contra los umbrales de los trasteros.

A continuación, mi fregona y yo achicamos el agua que estaba entrando en el baño a través de la fachada trasera del edificio. Y luego, recogí el agua que entraba por las rendijas de las ventanas de la cocina. Y luego, de la terraza. Y recogí la empapada ropa tendida antes de que el viento la arrastrara a algún lugar sobre el arco iris.

A las 8:30 de la mañana, la calle en la que se halla la salida de mis apartamentos estaba así:



¡No pasa nada! pensé cual intrépida aventurera. ¡Con mis maravillosos botines de agua conseguiré cruzar sin peligro!

En cuanto mis maravillosos botines de agua pisaron la calzada, un tsunami congelado empapó mis hasta entonces calentitos calcetines.

A la mañana siguiente, hubo una pausa en la lluvia y pude sacar a Keko. Aproveché para hacer unas fotos de la playa.







Naturalmente, no ha habido ni día de las paellas, ni traca final ni nada. Y no ha sido solo lluvia y viento. Toda la provincia ha estado bajo un temporal de nieve que no se veía en años. Todos los barrancos bajaban rebosantes de agua sucia y todos los trastos que ha estado echando la gente durante años.

Las cosas no habían mejorado el domingo por la mañana:











En realidad, no mejoraron un poco hasta el lunes por la tarde. Y mirad cómo me dejó la playa de al lado de casa:

Contemplad con qué garbo desfila Keko.






Al menos, la nieve ha dejado estampas bonitas. No llegó a nevar en el Bartolo, pero aquí tenéis la Sierra de Espadán y Penyagolosa en un día soleado.



 Y aquí tenéis más fotos del interior nevado y la costa destrozada. ¿Estará todo arreglado para Semana Santa? ¿Alguien se anima a hacer una porra?


1 comentario:

  1. Vaya que el tiempo o el mal tiempo se las ha tomado con la playa de keko Xd, pero bueno ya saldrá el sol y podrán disfrusar del mismo, un abrazo desde la mitad del mundo.

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