miércoles, 27 de enero de 2016

Reto lector 2: La luz fantástica. ("Agua caliente, buenoz dientez y papel higiénico zuave")

Es de todos sabido que las cosas de universos indeseables siempre están tratando de colarse en este, que es el equivalente psíquico a céntrico y bien comunicado.

Esta novela se publicó en 1986. La primera edición en España, como "El color de la magia", fue en la colección Fantasy de Martínez Roca. Fue la última, la tercera y todas las demás hasta la llegada de los Largos Años Oscuros se publicaron ya en Gran Fantasy. La ilustración de portada fue de Josh Kirby y la traducción al español, otra vez de Cristina Macía.

He de explicar que hasta que consiga la edición física, que está cogiendo polvo en mi anterior domicilio, estoy leyendo las ediciones electrónicas de P&J. Está siendo bastante útil para comparar. De momento, Muerte sigue hablando en minúsculas, lo que le quita bastante gracia a la escena del Rito de Cuesti-Hente, por ejemplo.

Portada de la edición de Martínez Roca-Fantasy. Sacada de aquí.

A partir de aquí, spoilers a mansalva.

"La luz fantástica" comienza justo cuando termina "El color de la magia". Rincewind y Dosflores se están cayendo por el borde del mundo. Y entonces, la realidad se "reordena" y aparecen a salvo en un bosque.

La novela está un poco mejor armada que "El color de la magia". Aquí ya se adivina una línea argumental algo más fluida, mientras que la primera novela era apenas una sucesión de episodios. Conocemos el funcionamiento de la Universidad Invisible (la más alta institución de enseñanza de magia del Mundodisco), cuyo Archicanciller es un pariente lejano de Yaya Ceravieja y también al más grande y famoso héroe del Mundodisco, autor de la cita que podéis leer entre paréntesis en el título y de otras no menos célebres:
- Ochenta añoz en el negocio, ¿y qué he zacado en limpio? Lumbago, almoddanaz, úlceda de eztómago y cien decetaz diferentez pada haced zopa. ¡Zopa! ¡Odio la zopa!

Descubrimos que si Rincewind es un inútil para la magia es porque la travesura que cometió cuando aún era estudiante (meterse en la biblioteca a escondidas para leer el Octavo, el libro de magia más infame del Mundodisco) le pasó factura: uno de los hechizos se instaló en su cerebro e impidió que pudiera aprender nada más. Es este hechizo quien ha maniobrado para que Rincewind, Dosflores y el Equipaje se salven.

Porque Gran A´tuin se dirige hacia una siniestra estrella roja que ha aparecido en el cielo, y si los ocho hechizos no son pronunciados en el momento correcto, el Mundodisco será destruido.

Acojona, ¿verdad? Pues imaginaos si os lo dice LA MUERTE, hablando EN MAYÚSCULAS y con un canapé en la mano.

Un personaje que aparece por primera vez en esta novela es el Bibliotecario de la Universidad Invisible, un humano convertido en orangután a causa de un escape de magia.

Sacada de aquí

La habitación había sido parte de la biblioteca hasta que la magia pasó por ella, reorganizando violentamente las partículas de probabilidad en todo lo que encontró en su camino. Así que parecía razonable suponer que las pequeñas salamandras púrpura habían sido parte del suelo, y que las chirimoyas bien podrían haber sido libros. Y varios de los magos juraron más adelante que el pequeño orangután naranja sentado tristemente en medio de todo aquello se parecía mucho al bibliotecario jefe.

Tras la trágica desaparición del Archicanciller Ceravieja, a su sustituto se le ocurre dejar la búsqueda de Rincewind en manos de profesionales. Y así aparece Herrena la Pelirroja, "demasiado genial para ser ladrona, demasiado importante para ser asesina, demasiado inteligente para ser esposa, y desde luego demasiado orgullosa para ejercer la única profesión restante disponible para mujer".

Por cierto, en esta clase de cosas existe la tendencia de mirar por encima del hombro del dibujante que está haciendo la cubierta y empezar a hablar sobre cuero, botas hasta los muslos y espadas desnudas.
Adjetivos como "llenos, "redondos" e incluso "vivaces" empiezan a colarse en la narración hasta que el escritor tiene que darse una ducha fría y acostarse un rato.
Lo cual es bastante estúpido porque ninguna mujer que se gane la vida con su espada va por ahí con aspecto de haberse escapado de un catálogo de lencería de esos que se envían por correo y en sobres discretos.
Oh, bueno, muy bien. Lo que debe quedar bien claro es que aunque Herrena estaría imponente tras un buen baño, una manicura intensiva y lo mejor de la Woo Hun Lenz, Productos Exóticos y Artes Marciales, en la Calle Héroes, ahora mismo tenía la sensatez de vestir una ligera cota de malla, botas blandas y una espada corta.
De acuerdo, quizás las botas fueran de cuero. Pero no negras.
Lo más gracioso de la cita anterior es que en la portada de la novela, Herrena está dibujada exactamente como el tópico del que se burla. Por poco, Kirby no le pone el bikini de cota de malla.

Aparecen por primera vez los trolls del Mundodisco. Aquí todavía son como los de Tolkien, que se convierten en piedra cuando les da el sol. En novelas posteriores, los trolls no se convierten en piedra, sino que son de piedra.

Así releídas es curioso ver cómo Pratchett va presentando personajes que luego van a salir en otras series, como el gnomo Swires, que acabará formando parte de la Guardia Nocturna. No puedo decir si siempre tuvo un plan, o simplemente los dejaba ahí por si podía aprovecharlos.

También se introduce uno de los temas preferidos del Mundodisco: El verdadero mal no es el Señor Oscuro sentado en su Trono Oscuro lanzando carcajadas siniestras mientras acaricia un gato de angora blanco y planea la dominación mundial. El mal es tu vecino, ese señor (o señora) mezquino, cotilla, miserable y con tendencia al fanatismo (vamos, lo que en España llamamos "el cuñao"). En esta novela, se trata de los Discípulos de la Estrella, una especia de secta que culpa de la aparición de la siniestra estrella roja a la magia, y suponen que la estrella se irá si acaban con la magia.

Dentro de cada persona cuerda hay un loco luchando por salir a la luz. Nadie enloquece tan deprisa como una persona completamente cuerda.

Naturalmente, Ricewind y Dosflores conseguirán llegar a tiempo, pronunciar los hechizos en el momento adecuado, y entonces...

Una pequeña tortuga estelar salió hacia la luz roja. Apenas era más grande que un asteroide, su concha todavía tenía el brillo de la yema.
Allí dentro también había cuatro elefantes del mundo, y sobre sus lomos tenían un mundodisco, todavía pequeño, cubierto de humo y de volcanes.
Gran A'tuin esperó hasta que los ocho bebés tortuga hubieron salido de sus caparazones y empezaron a deambular por el espacio con cara de asombro. Luego, cautelosamente, como para no pisar nada, la vieja tortuga se dio la vuelta y , con considerable alivio, nadó hacia las proximidades agradablemente frescas del espacio.
Las jóvenes tortugas la siguieron, orbitando en torno a su caparazón.

Y en esto me baso yo para decir que Gran A'tuin es hembra. ¿Cómo iba a saber un macho dónde estaban los huevos? Por otra parte, ya no se vuelve a saber nada de los Mundodiscos bebés. ¿Se convierten en mundos paralelos, se independizan? ¿Eran material para posibles nuevas novelas? Por desgracia, nunca lo sabremos.

Al finalizar la novela, Dosflores decide volver a su casa (porque, ¿qué gracia tiene hacer turismo si no vuelves a contarlo a tus vecinos?) dejándole el Equipaje a Rincewind.

Hace un par de años, "El color de la magia" y "La luz fantástica" fueron adaptadas a la televisión. El resultado fue bastante irregular. Rincewind estaba caracterizado como un anciano, Dosflores era Sam Gamyi, el Patricio Jeremy Irons y creo recordar que el Archicanciller Tim Curry. El problema era que, por más fiel que fuera al argumento, en una adaptación a imágenes se pierde la voz del narrador y el recochineo que impregna cada palabra y cada nota al pie.

En resumen, si "El color de la magia" era un cinco pelado, esta es un seis. Mundodisco "progresa adecuadamente". 

1 comentario:

  1. Adaptar a Pratchett a pantalla era difícil desde que nos perdíamos todos los pies de página que incluía en los libros, pero la versión de El color de la magia estaba bastante bien. Es cierto que el Rincewind de la miniserie es demasiado viejo, aunque lo de ver a Jeremy Irons como patricio y con un yorkshire en brazos tenía bastante gracia.

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