miércoles, 14 de noviembre de 2012

Servicios mínimos.

Como todo europeo que siga los informativos debería saber si no tiene encefalopatía espongiforme por exceso de programas del corazón, hoy tenemos huelga general.

Y aquí estoy, de servicios mínimos. Lo más mínimos posible, os lo prometo. Hasta las dos y a casa, que una cosa es que una sea interina y le haya tocado tragárselos, y otra ir más allá del estricto cumplimiento del deber.

Si os tengo que decir la verdad, si no fuera por no discutir con Señorpadre ni siquiera estaría aquí. Así al menos, cuando amorticen mi plaza y acabe en la calle de todas formas (o si a este santo Ayuntamiento le da por hacer un ERE por déficit el año que viene), no podrá decirme: "¿Ves? ¡Por revolucionaria! ¡Te lo advertí!" (sí, a vosotros os puede parecer una tontería, pero es porque no tenéis que aguantarle. No se acuerda de dónde se ha dejado las gafas esta mañana, pero recuerda perfectamente cualquier tontería que hice hace treinta años y no permite que yo la olvide).

Y además, también joroba un poco que la mayoría de nuestros intrépidos representantes sindicales también estén aquí trabajando o se hayan pedido asuntos propios, qué queréis que os diga. Precisamente ellos que deberían dar ejemplo de compromiso y eso (y que además pueden permitírselo porque tienen la plaza en propiedad). ¡Demonios, si ni siquiera han puesto piquetes en la puerta!

Así que me voy a tomar las cosas con muuuuchaaa calma.

Mirad qué vídeo más potito colgó Arianeta para Halloween:




Y disfrutad de mi sinfonía favorita:




Revolucionarios días.

1 comentario:

  1. Los progenitores deben haber estudiado todos el mismo temario porque hacen cosas sospechosamente parecidas.

    La huelga, como tal, la respeto, y al menos procuré tener en casa lo suficiente como para no tener que ir a ningún comercio.

    Eso sí, hay iniciativas que no sé si funcionarán: en algunos sitios proponían no consumir (de acuerdo), aunque a extremos como "no encender las luces para no no hacerle gasto a Fenosa". Ehm...vale, eso está muy bien si estuviéramos en agosto. Pero es 14 de noviembre. Un frío del copón. Los días son cortos y apenas hay luz. He tenido que encender calefacción desde hace un par de días. Yo me adapto bien, pero dudo que mi gata esté contenta si le pongo la casa como un carámbano.

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